La "taza de retrete" inventada en 1883 por la Escuela Monge no tuvo demasiado éxito por considerarse insalubre (era una especie de orinal con tapa), así que le añadieron una mejora clave: la cisterna.
Poco después, el inglés Thomas Crapper le puso un sifón que garantizaba que quedara siempre en el fondo una pequeña cantidad de agua para evitar que subieran los malos olores, por lo que paso a llamarse inodoro.
Estos aparatos también son conocidos impropiamente como... esto es el servicio. se lo decia al ciego