Se cristianizó una fiesta que había sido hasta el momento la ocasión anual del trabajador para manifestar sus reivindicaciones, su descontento y hasta sus anhelos.
Fácilmente en las grandes ciudades se observaba un paro general y con no menos frecuencia se podían observar las consecuencias sociales que llevan consigo la envidia, el odio y las bajas pasiones repetidamente soliviantadas por los agitadores de turno....