El alma no tendría arcoiris si los ojos no tuvieran lágrimas La felicidad, como el arco iris, no se ve nunca sobre la propia casa, sino siempre sobre la de los demás ¡Te quiero!, -me dijiste,
y la flor de tu mano
puso un arpegio triste
sobre el viejo piano.
(En al ventana oscura
la lluvia sonreía...
Tamboril de dulzura.
Gong de melancolía.)
...