Para ser tolerante hay que admitir que nosotros mismos podemos ser los más equivocados
Es por la mañana
y no me quiero levantar.
Arrullado por mi almohada
oculto entre las sábanas,
protegido en la oscuridad
De pronto un ser abominable,
con cien mil gargantas,
comienza desesperado a gritar...