Este popular "corrillo", aunque no sea redondo, cuando la
escuela del Sr. Joaquín funcionaba a tuti-plen, era donde salíamos a la hora del reccreo, los niños de ambos sexos a practicar nuestros
juegos; los niños sobre todo, incluyendo muchas veces, al mismísimo maestro, lo que más practicábamos era el balón pie, llamado tambien
futbol, en ingles, y las niñas, a la comba, al corro, a las tabas, etc.
Ni que decir tiene que a los vecinos/as de las
casas colindantes, y con razón, no les gustaba que jugasemos allí, porque en más de una ocasión, nos cargabamos algún que otro cristal, y de propina nos ponían perdidos arrojándonos un caldero de
agua, además de tener que pagar dicho cristal.
Es tanta la nostálgia que me invade de aquellos tiempos que, si volviera a ser niño de nuevo, cosa que encuentro bastante dificil, pediría volver a vivirlos; pues a pesar de ser bastante más ignorantes, (que no tontos), que los niños actuales,éramos, (juzgo por mí), creo yo que, más
felices.
Y ya por último quiero añadir para los que no lo han conocido antes, que no había
árboles, ¿eh?, se encontraba como es natural, completamente diáfano.