AQUELLOS AÑOS CINCUENTA...
Aquel bullicio de la calle
ya no existe, se perdió.
Aquella fiesta
tantas veces recordada
es apenas un lejano recuerdo;
su aroma revolucionario
es cosa de otro tiempo,
se perdió.
Ahora
la tristeza pasa por las calles,
ya no hay niños que juegan,
ni jóvenes que cantan;
todo es tenue luz
que se apaga,
que se duerme,
perdiendo su resplandor.
El cronista
Aquel bullicio de la calle
ya no existe, se perdió.
Aquella fiesta
tantas veces recordada
es apenas un lejano recuerdo;
su aroma revolucionario
es cosa de otro tiempo,
se perdió.
Ahora
la tristeza pasa por las calles,
ya no hay niños que juegan,
ni jóvenes que cantan;
todo es tenue luz
que se apaga,
que se duerme,
perdiendo su resplandor.
El cronista