La verdad no se encuentra
en el extenso camino del espacio:
Se encuentra en el color verde profundo de la hoja,
en la triste humedad de una lágrima,
en el grito desesperado,
en la inconsciencia del borracho,
en cada latido del corazón,
en una rueda... que rueda,
en el caer de la lluvia,
en los grandes árboles
y en los pequeños también,
en una nube y en todo el cielo,
en la agonía del que está muriendo,
en el llanto del recién nacido,
en el estiércol,
en una cabellera,
en una luz, de vela o de un rayo,
de la luna, del sol o de las estrellas,
en el frío de la noche o en el calor del mediodía,
en un sonar de pasos,
o en el silencio del descanso,
en la furia de la lucha
o en el ruego de una oración,
en un arrodillarse ante su Dios
o en una puñalada asesina,
en un cerrar de ojos
o en un par de manos ajadas por la tierra;
en la voz, en el fuego, en el agua...
o en los oídos secos de tanto oír,
en el aserrín de la madera
o en las oscuras manchas que cubren el hierro,
en la espada que desgarra o en la aguja del cirujano que cierra una herida...
en un cosmos y una nada: ¡En nosotros mismos!
A. R. P. G.
en el extenso camino del espacio:
Se encuentra en el color verde profundo de la hoja,
en la triste humedad de una lágrima,
en el grito desesperado,
en la inconsciencia del borracho,
en cada latido del corazón,
en una rueda... que rueda,
en el caer de la lluvia,
en los grandes árboles
y en los pequeños también,
en una nube y en todo el cielo,
en la agonía del que está muriendo,
en el llanto del recién nacido,
en el estiércol,
en una cabellera,
en una luz, de vela o de un rayo,
de la luna, del sol o de las estrellas,
en el frío de la noche o en el calor del mediodía,
en un sonar de pasos,
o en el silencio del descanso,
en la furia de la lucha
o en el ruego de una oración,
en un arrodillarse ante su Dios
o en una puñalada asesina,
en un cerrar de ojos
o en un par de manos ajadas por la tierra;
en la voz, en el fuego, en el agua...
o en los oídos secos de tanto oír,
en el aserrín de la madera
o en las oscuras manchas que cubren el hierro,
en la espada que desgarra o en la aguja del cirujano que cierra una herida...
en un cosmos y una nada: ¡En nosotros mismos!
A. R. P. G.