El día de San Bernardino, después de la celebración de la procesión y la misa, se reunía la gente en el tendal y allí se saludaba a los forasteros o ausentes, se hacían las fotos de recuerdo o se compartían las avellanas. Lo peor era que frecuentemente, el día salía poco conciliador y llovía o hacía un ventarrón molesto, lo que obligaba a volver al pueblo y para rematar la mañana, entretenerse un poco en los tio-vivos. Esta es la historia de la foto anexa.
En la foto, está la otra parte de la familia, como bien ha reconocido Joaquin, el abuelo Cayo (buen conversador en la Soledad), mi madre (aún vive con 93 años y muy lúcidos), hermanos y la tía Lucía con su niña mayor. Cierto, nos acompaña "Femia" Valdivieso, amiga al igual que sus hermanos, de familia de toda la vida.
En alguna ocasión en este foro, he recordado que tres de mis abuelos son nacidos y enterrados en Cuenca y traigo esto a cuento, porque los pragmáticos y pobres de espíritu suelen decir " que uno no es de donde nace, sinó de donde pace", pero los románticos pensamos " que uno es, de donde le nacen y sus antepasados yacen " y no es mía la cita.
Creo que me he pasado en extensión. Saludos
En la foto, está la otra parte de la familia, como bien ha reconocido Joaquin, el abuelo Cayo (buen conversador en la Soledad), mi madre (aún vive con 93 años y muy lúcidos), hermanos y la tía Lucía con su niña mayor. Cierto, nos acompaña "Femia" Valdivieso, amiga al igual que sus hermanos, de familia de toda la vida.
En alguna ocasión en este foro, he recordado que tres de mis abuelos son nacidos y enterrados en Cuenca y traigo esto a cuento, porque los pragmáticos y pobres de espíritu suelen decir " que uno no es de donde nace, sinó de donde pace", pero los románticos pensamos " que uno es, de donde le nacen y sus antepasados yacen " y no es mía la cita.
Creo que me he pasado en extensión. Saludos