CUENCA DE CAMPOS: Los quehaceres de los hombres...

Los quehaceres de los hombres
Son tristes y vanos
El movimiento incesante
La carrera tras lo estúpido
¡Ah ustedes que me entienden!
qué inútil vestirse y desvestirse
todos los días
que inútil tanto trajín y desasosiego
tanta preocupación
tanto llanto
tanto reír de cosas que ni llorar se puede,
tanto quehacer
tanto querer, tanto odiar
o tanto mentir,
tanto decir verdad tras verdad
o tanto no decir nada,
tanto estar parado, sentado, sin nada que hacer
o tanto mucho que obrar, inútil, fútilmente
¿yo?
¿tú?
¿nosotros?
¡sí! nosotros:
los que hacemos
los que lloramos
los que reímos
los que pensamos ¡en que tanto y tan grave pensar!
los que corremos y sudamos y afirmamos
y negamos y sentimos
o hacemos sentir
los que encendemos la luz de una lámpara
o apagamos una vela,
los que sacamos un papel de un cajón para escribir
o para arrugarlo, encogerlo, destrozarlo y arrojarlo al tacho de basura,
los que encendemos un cigarrillo o
los que apagamos un fuego, una llamarada, un alma o una vida...
¡Nosotros!
¡¿Qué más queremos?!
¡que se callen!
y, por favor,
¡que nos dejen dormir!
A.