San Nicolás Herman
Cocinero
12 de febrero
¡Felicidades a quienes lleven este nombre!
Etimológicamente significa “ vencedor de los pueblos”. Viene de la lengua griega.
Este joven trabajaba en el campo hasta que se alistó en el ejército. Como consecuencia de la guerra, quedó cojo para toda su vida. A los 18 años, le admitieron en un convento carmelita de París.
Era muy ignorante, pero se convirtió en un buen cocinero para los hermanos.
Todo hace falta en la vida comunitaria y social.
Todo era sencillo para su alma cándida. Sin embargo, a pesar de sus pocas letras, escribió “Práctica de la presencia de Dios”, en el que relata su experiencia de Dios, su humor y sus devociones.
Cuando lo enviaban a comprar vino, se las veía negras porque no entendía nada de dinero ni de economía. Pero su lema era éste:"Todo en manos de Dios".
Pasó en la cocina 15 años. Decía que todo lo encontraba fácil. Es un don de Dios que no todo el mundo lo tiene.
Cuando le ocurría algo que le podía afectar – como a los depresivos de nuestros días – solía repetirse a sí mismo:"Levanta tu corazón a Dios".
Esto lo decía y hacía en el campo, en la cocina, en todos sitios.
Porque a Dios no hay que arrinconarlo en las iglesias solamente. El vive en cada ser humano y en la huella que nos ha dejado en su creación.
Otra frase suya y que se la decía a sí mismo era la siguiente: "Podemos hacer una iglesia dentro de nuestros corazones".
En sus cartas a los soldados les animaba a que vieran a Dios en todas partes, que lo adoraran en todo instante, incluso en la marcha o con la espada en la mano.
Todo puede ser oración.
Cocinero
12 de febrero
¡Felicidades a quienes lleven este nombre!
Etimológicamente significa “ vencedor de los pueblos”. Viene de la lengua griega.
Este joven trabajaba en el campo hasta que se alistó en el ejército. Como consecuencia de la guerra, quedó cojo para toda su vida. A los 18 años, le admitieron en un convento carmelita de París.
Era muy ignorante, pero se convirtió en un buen cocinero para los hermanos.
Todo hace falta en la vida comunitaria y social.
Todo era sencillo para su alma cándida. Sin embargo, a pesar de sus pocas letras, escribió “Práctica de la presencia de Dios”, en el que relata su experiencia de Dios, su humor y sus devociones.
Cuando lo enviaban a comprar vino, se las veía negras porque no entendía nada de dinero ni de economía. Pero su lema era éste:"Todo en manos de Dios".
Pasó en la cocina 15 años. Decía que todo lo encontraba fácil. Es un don de Dios que no todo el mundo lo tiene.
Cuando le ocurría algo que le podía afectar – como a los depresivos de nuestros días – solía repetirse a sí mismo:"Levanta tu corazón a Dios".
Esto lo decía y hacía en el campo, en la cocina, en todos sitios.
Porque a Dios no hay que arrinconarlo en las iglesias solamente. El vive en cada ser humano y en la huella que nos ha dejado en su creación.
Otra frase suya y que se la decía a sí mismo era la siguiente: "Podemos hacer una iglesia dentro de nuestros corazones".
En sus cartas a los soldados les animaba a que vieran a Dios en todas partes, que lo adoraran en todo instante, incluso en la marcha o con la espada en la mano.
Todo puede ser oración.