Reflexión
Se cuenta que el famoso inventor norteamericano Thomas Alva Edison cayó un día enfermo.
Pero, al igual que nuestro amigo y como era su costumbre habitual, no dio ninguna importancia a su enfermedad.
Después de muchas insistencias de parte de sus familiares, por fin consintió en llamar a un médico.
Llegó éste, escuchó al ilustre enfermo y, después de prescribirle una poción, se marchó.
Edison enseguida mandó comprar la medicina.
Y cuando la tuvo en su mano, con gran maravilla de todos los presentes, abrió la ventana y la tiró al jardín.
Todos los parientes, extrañados, le preguntaron: –“Pero, ¿por qué has hecho eso?”–.
A lo que Edison respondió sin inmutarse: – “Queridos míos, es necesario que los médicos vivan, y por eso llamé al médico y pagué su visita; luego mandé a comprar la medicina porque también los pobrecitos farmacéuticos deben vivir.
Pero es necesario que viva también yo, y por eso he tirado la medicina por la ventana”.
A este propósito, ¿sabes cuál es el número preferido de los médicos? Pues el 111: porque comienzan con uno, siguen con uno y terminan con uno. ¡Dicho sea esto con todo el respeto que nuestros buenos médicos nos merecen!...
Se cuenta que el famoso inventor norteamericano Thomas Alva Edison cayó un día enfermo.
Pero, al igual que nuestro amigo y como era su costumbre habitual, no dio ninguna importancia a su enfermedad.
Después de muchas insistencias de parte de sus familiares, por fin consintió en llamar a un médico.
Llegó éste, escuchó al ilustre enfermo y, después de prescribirle una poción, se marchó.
Edison enseguida mandó comprar la medicina.
Y cuando la tuvo en su mano, con gran maravilla de todos los presentes, abrió la ventana y la tiró al jardín.
Todos los parientes, extrañados, le preguntaron: –“Pero, ¿por qué has hecho eso?”–.
A lo que Edison respondió sin inmutarse: – “Queridos míos, es necesario que los médicos vivan, y por eso llamé al médico y pagué su visita; luego mandé a comprar la medicina porque también los pobrecitos farmacéuticos deben vivir.
Pero es necesario que viva también yo, y por eso he tirado la medicina por la ventana”.
A este propósito, ¿sabes cuál es el número preferido de los médicos? Pues el 111: porque comienzan con uno, siguen con uno y terminan con uno. ¡Dicho sea esto con todo el respeto que nuestros buenos médicos nos merecen!...