Foro de CUENCA DE CAMPOS (Valladolid)
IN MEMORIAM
Buenas noches a todos los amigos de Cuenca de Campos y visitantes del foro.
Hoy se cumplen 25 años de para mi, el día más triste en la reciente historia de nuestro pueblo.
Cada uno de nosotros hemos tenido el día más triste en nuestra vida, pero en conjunto como pueblo y desde que tengo uso de razón, no había conocido otro día tan triste y gris como el 26 de febrero de 1984.
Era domingo y aún dormía en mi casa de Valladolid después de una buena noche de sábado en compañía de amigos de Cuenca, cuando una llamada telefónica interrumpió mi sueño. No era una llamada normal, era mi padre. No he conocido a nadie que odiara más el teléfono que mi padre; algo muy grave tenía que estar sucediendo. A duras penas podía articular palabras y el nerviosismo que en él notaba, era síntoma de la gravedad de la noticia; se hizo el silencio y la conversación se convirtió en llantos a través del teléfono.
Han pasado 25 años y recuerdo ese día como si fuera hoy.
Junto con mi hermano que aún vivía en Valladolid, nos fuimos a Cuenca y el panorama que encontramos era desolador. La noticia había corrido por toda la comarca y numerosos corrillos de gente venidos de todos los pueblos, comentaban en silencio la trágica noticia; digo comentaban en silencio, aunque sea contrasentido, pues hay veces que el silencio expresa más que mil palabras. Eso es lo que se reflejaba en los rostros de toda la gente, rabia, impotencia, incredulidad.
Yo deseaba que fuera un mal sueño fruto de una noche de sábado con unas copitas de más, pero según pasaba el día, el sueño se convertía en triste realidad e iban aflorando en mi mente miles de recuerdos que hacían que no pudiera contener las lágrimas, cosa que ahora mismo me está sucediendo.
Fue un golpe muy duro, especialmente para sus respectivas familias, eso de perder dos hijos en lo mejor de la vida y de forma tan trágica.
En lo que a mi concierne, fue muy duro ya que a parte de ser del pueblo, coincidimos varios años en un internado y eso une mucho.
Estaría toda la noche escribiendo y recordando anécdotas, pero si aquel día resultó muy duro, ahora también me está resultando duro escribir y lo hago únicamente como homenaje a dos amigos de mi infancia y para que no queden en el olvido.
Eliseo Escudero Rodriguez y Roberto Escudero Mancebo, allá donde estéis. quiero que sepáis que sois dos cicatrices que adornan mi corazón.
Un abrazo muy fuerte para sus respectivas familias.
IN MEMORIAM
Buenas noches a todos los amigos de Cuenca de Campos y visitantes del foro.
Hoy se cumplen 25 años de para mi, el día más triste en la reciente historia de nuestro pueblo.
Cada uno de nosotros hemos tenido el día más triste en nuestra vida, pero en conjunto como pueblo y desde que tengo uso de razón, no había conocido otro día tan triste y gris como el 26 de febrero de 1984.
Era domingo y aún dormía en mi casa de Valladolid después de una buena noche de sábado en compañía de amigos de Cuenca, cuando una llamada telefónica interrumpió mi sueño. No era una llamada normal, era mi padre. No he conocido a nadie que odiara más el teléfono que mi padre; algo muy grave tenía que estar sucediendo. A duras penas podía articular palabras y el nerviosismo que en él notaba, era síntoma de la gravedad de la noticia; se hizo el silencio y la conversación se convirtió en llantos a través del teléfono.
Han pasado 25 años y recuerdo ese día como si fuera hoy.
Junto con mi hermano que aún vivía en Valladolid, nos fuimos a Cuenca y el panorama que encontramos era desolador. La noticia había corrido por toda la comarca y numerosos corrillos de gente venidos de todos los pueblos, comentaban en silencio la trágica noticia; digo comentaban en silencio, aunque sea contrasentido, pues hay veces que el silencio expresa más que mil palabras. Eso es lo que se reflejaba en los rostros de toda la gente, rabia, impotencia, incredulidad.
Yo deseaba que fuera un mal sueño fruto de una noche de sábado con unas copitas de más, pero según pasaba el día, el sueño se convertía en triste realidad e iban aflorando en mi mente miles de recuerdos que hacían que no pudiera contener las lágrimas, cosa que ahora mismo me está sucediendo.
Fue un golpe muy duro, especialmente para sus respectivas familias, eso de perder dos hijos en lo mejor de la vida y de forma tan trágica.
En lo que a mi concierne, fue muy duro ya que a parte de ser del pueblo, coincidimos varios años en un internado y eso une mucho.
Estaría toda la noche escribiendo y recordando anécdotas, pero si aquel día resultó muy duro, ahora también me está resultando duro escribir y lo hago únicamente como homenaje a dos amigos de mi infancia y para que no queden en el olvido.
Eliseo Escudero Rodriguez y Roberto Escudero Mancebo, allá donde estéis. quiero que sepáis que sois dos cicatrices que adornan mi corazón.
Un abrazo muy fuerte para sus respectivas familias.