Al mar desierto en el profundo estrecho
entre las duras rocas, con mi nave
desnuda tras el canto voy suave,
que forzado me lleva a mi despecho.
Temerario deseo, incauto pecho,
a quien rendí de mi poder la llave,
al peligro me entregan fiero y grave;
sin que pueda apartarme del mal hecho.
Veo los huesos blanquear, y siento
el triste son de la engañada gente;
y crecer de las ondas el bramido.
Huir no puedo ya mi perdimiento;
que no me da lugar el mal presente,
ni osar me vale en el temor perdido.
entre las duras rocas, con mi nave
desnuda tras el canto voy suave,
que forzado me lleva a mi despecho.
Temerario deseo, incauto pecho,
a quien rendí de mi poder la llave,
al peligro me entregan fiero y grave;
sin que pueda apartarme del mal hecho.
Veo los huesos blanquear, y siento
el triste son de la engañada gente;
y crecer de las ondas el bramido.
Huir no puedo ya mi perdimiento;
que no me da lugar el mal presente,
ni osar me vale en el temor perdido.