Querido amigo errante:
En contestación a tu pregunta creo que fueron Emilio Crespo Ortega, en la actualidad un gran Franciscano y gran persona, y Ángel Mediavilla q. e. d.
Te voy a contar una pequeña anécdota; durante mi estancia en los PP Franciscanos (en Palencia), estos hicieron una rifa; que consistía en un marrano o un premio en metálico 3500 Ptas., la mayor parte de las papeletas se vendieron en Cuenca de Campos y el premio tocó en nuestro pueblo a un tío de Ángel Mediavilla (Goyo).
(Ángel también esta en la foto de los monaguillos que nos hizo Don Francisco); fueron a recoger el premio y nos dieron 100 Ptas. a los que estábamos allí de Cuenca.
Me despido con unos versos de los recuerdo su autor; que dicen así:
Al regresar del otero
lleno de gozo y cariño
les dio a un niño y una niña
dos pájaro un cabrero
dándole un beso primero
la niña al suyo soltó
pero el pájaro que quedo
no se le pudo soltar
porque el niño por jugar
el cuello le retorció.
Estos versos me recuerdan a nuestra infancia cuando íbamos a buscar nidos por el campo.
Saludos y un fuerte abrazo.
En contestación a tu pregunta creo que fueron Emilio Crespo Ortega, en la actualidad un gran Franciscano y gran persona, y Ángel Mediavilla q. e. d.
Te voy a contar una pequeña anécdota; durante mi estancia en los PP Franciscanos (en Palencia), estos hicieron una rifa; que consistía en un marrano o un premio en metálico 3500 Ptas., la mayor parte de las papeletas se vendieron en Cuenca de Campos y el premio tocó en nuestro pueblo a un tío de Ángel Mediavilla (Goyo).
(Ángel también esta en la foto de los monaguillos que nos hizo Don Francisco); fueron a recoger el premio y nos dieron 100 Ptas. a los que estábamos allí de Cuenca.
Me despido con unos versos de los recuerdo su autor; que dicen así:
Al regresar del otero
lleno de gozo y cariño
les dio a un niño y una niña
dos pájaro un cabrero
dándole un beso primero
la niña al suyo soltó
pero el pájaro que quedo
no se le pudo soltar
porque el niño por jugar
el cuello le retorció.
Estos versos me recuerdan a nuestra infancia cuando íbamos a buscar nidos por el campo.
Saludos y un fuerte abrazo.