El Murciélago Alevoso
Estaba Mirta bella
cierta noche formando en su aposento,
con graciosos talento,
una tierna canción, y porque en ella
satisfacer a Delio meditaba,
que de su fe dudaba,
con vehemente expresión le encarecía
el fuego que en su casto pecho ardía.
Y estando divertida,
un murciélago fiero, ¡suerte insana,
entró por la ventana!
Mirta dejó la pluma, sorprendida,
termió, gimió, dio voces, vino gente;
y al querer diligente
ocultar la canción, los versos bellos
de borrones llenó, por recogellos.
Y Delio, noticioso
del caso que en su daño había pasado,
justamente enojado
con e fiero murciélago alevoso,
que había la canción interrumpido,
y a su Mirta afligido,
en cólera y furor se consumía,
y así a la ave funesta maldecía.
“Oh monstruo de ave y bruto,
que cifras lo peor de bruto y ave,
visión nocturna grave,
nuevo horror de las sombras, nuevo luto,
de la luz enemigo declarado,
nuncio desventurado
de la tiniebla y de la noche fría,
¿Qué tienes tú que hacer en donde está el día?”
“Tus obras y figura
maldigan de común las otras aves,
que cánticos suaves
tributan cada día a la alba pura;
y porque mi ventura interrumpiste,
y a su autor afligiste,
todo el mal y desastre te suceda
que a un murciélago vil suceder pueda”.
“La lluvia repetida,
que viene de lo alto arrebatada,
tan solo reservada
a las noches, se oponga a tu salida;
o el relámpago pronto reluciente
te ciegue y amedrente;
o soplando del Norte recio el viento
no permita un mosquito a tu alimento”.
“La dueña melindrosa,
tras el tapiz do tienes tu manida,
te juzgue inadvertida
por telaraña sucia y asquerosa,
y con la escoba al suelo te derribe;
y al ver que bulle y vive
tan fiera y tan ridícula figura
suelte la escoba y huya con presura”.
Continuará
Estaba Mirta bella
cierta noche formando en su aposento,
con graciosos talento,
una tierna canción, y porque en ella
satisfacer a Delio meditaba,
que de su fe dudaba,
con vehemente expresión le encarecía
el fuego que en su casto pecho ardía.
Y estando divertida,
un murciélago fiero, ¡suerte insana,
entró por la ventana!
Mirta dejó la pluma, sorprendida,
termió, gimió, dio voces, vino gente;
y al querer diligente
ocultar la canción, los versos bellos
de borrones llenó, por recogellos.
Y Delio, noticioso
del caso que en su daño había pasado,
justamente enojado
con e fiero murciélago alevoso,
que había la canción interrumpido,
y a su Mirta afligido,
en cólera y furor se consumía,
y así a la ave funesta maldecía.
“Oh monstruo de ave y bruto,
que cifras lo peor de bruto y ave,
visión nocturna grave,
nuevo horror de las sombras, nuevo luto,
de la luz enemigo declarado,
nuncio desventurado
de la tiniebla y de la noche fría,
¿Qué tienes tú que hacer en donde está el día?”
“Tus obras y figura
maldigan de común las otras aves,
que cánticos suaves
tributan cada día a la alba pura;
y porque mi ventura interrumpiste,
y a su autor afligiste,
todo el mal y desastre te suceda
que a un murciélago vil suceder pueda”.
“La lluvia repetida,
que viene de lo alto arrebatada,
tan solo reservada
a las noches, se oponga a tu salida;
o el relámpago pronto reluciente
te ciegue y amedrente;
o soplando del Norte recio el viento
no permita un mosquito a tu alimento”.
“La dueña melindrosa,
tras el tapiz do tienes tu manida,
te juzgue inadvertida
por telaraña sucia y asquerosa,
y con la escoba al suelo te derribe;
y al ver que bulle y vive
tan fiera y tan ridícula figura
suelte la escoba y huya con presura”.
Continuará
que no se te olvide continuar con tu bonito relato
un saludo hasta pronto
un saludo hasta pronto