No hace muchos años iba yo con un hermano por el campo y al levantar una piedra había un alacrán debajo. Mi hermano, la primera intención que tuvo, puesto que se trataba de un alacrán, fué el de aplastarlo. Yo se lo impedí y le hice ver que era el alacrán el que estaba en su hábitat y nosotros no teníamos derecho a hacerle daño. A regañadientes lo dejó vivo. No sé si fue capaz de ir más tarde a liquidarlo puesto que él es completamente distinto a mí y tiene otro instinto muy diferente al mío.
Un abrazo.
Un abrazo.