Alegría en la boda de nuestra sobrina:
Se celebró la boda de Yolanda y José Ignacio, y como es sabido, todo son nervios y carreras de última hora, por eso de que no llegamos a tiempo, por si falta esta cosa o la otra, que si viene la televisión, que si esta el diario el Mundo, que si hay un montón de fotógrafos profesionales y no profesionales etc. etc… todos con la sana intención de inmortalizar el momento y tener un grato recuerdo para siempre.
Salió todo a pedir de boca, como suele decirse.
La ceremonia en sí, fue emocionante para todo el pueblo, y claro está, mucho más para los familiares más próximos.
Fue entrañable, vistosa, y solemne.
Fue entrañable, por el cariño que José Ignacio y Yolanda nos mostraron a todos en cada momento, ellos eran las verdaderas estrellas, no en el sentido cinematográfico, sino en lo más amplio y extenso de la palabra.
Porque la luz, y alegría que se reflejaba en sus rostros, era inalcanzable para todos nosotros.
Fue vistosa, por el lucimiento, pues el sol lucía en todo su esplendor, y parecía que el también estaba invitado a la fiesta.
Fue solemne, por el lugar, era nuestra Iglesia de San Justo y Pastor, que en sí es una joya, digna de ser visitada y observar el extenso patrimonio religioso que alberga en su interior.
No hubiera sido necesario adornarla con esos centros, de flores tan bien confeccionados por profesionales del gremio, porque la iglesia en sí, es un adorno permanente.
¡Cuál fue nuestra sorpresa al escuchar el Ave María!
Cantada por una excelente soprano, acompañada al órgano magistralmente; aquellos sonidos nos recordaban, voces, y notas de otros tiempos, que hicieron el deleite de todos los presentes.
Si soy sincero, nos emocionamos un poco.
¿Y qué decir del sacerdote que les unió en matrimonio?
Víctor ¡Que persona tan buena y tan entrañable!, les dedicó unas bonitas y cariñosas palabras a los novios, y a todos los presentes, siempre con esa sencillez que le caracteriza y le engrandece.
Se le notaba a Víctor contento, porque estaba entre los suyos, con sus padres, sus familiares, y sus paisanos, amigos todos.
Deseo hacer una mención especial a Tasio y su esposa Colasa, que dedicaron sus esfuerzos desinteresadamente, para que nuestra Iglesia, luciera tan coqueta y bonita como siempre.
Me dijo personalmente, que la ocasión se lo merecía.
Gracias nuevamente Tasio y Colasa, sois formidables.
A todos y todo el pueblo, muchas gracias, y a todos los foreros por vuestros mensajes, que de una forma u otra nos acompañasteis y en ese día nos hicisteis un poco más felices.
Se celebró la boda de Yolanda y José Ignacio, y como es sabido, todo son nervios y carreras de última hora, por eso de que no llegamos a tiempo, por si falta esta cosa o la otra, que si viene la televisión, que si esta el diario el Mundo, que si hay un montón de fotógrafos profesionales y no profesionales etc. etc… todos con la sana intención de inmortalizar el momento y tener un grato recuerdo para siempre.
Salió todo a pedir de boca, como suele decirse.
La ceremonia en sí, fue emocionante para todo el pueblo, y claro está, mucho más para los familiares más próximos.
Fue entrañable, vistosa, y solemne.
Fue entrañable, por el cariño que José Ignacio y Yolanda nos mostraron a todos en cada momento, ellos eran las verdaderas estrellas, no en el sentido cinematográfico, sino en lo más amplio y extenso de la palabra.
Porque la luz, y alegría que se reflejaba en sus rostros, era inalcanzable para todos nosotros.
Fue vistosa, por el lucimiento, pues el sol lucía en todo su esplendor, y parecía que el también estaba invitado a la fiesta.
Fue solemne, por el lugar, era nuestra Iglesia de San Justo y Pastor, que en sí es una joya, digna de ser visitada y observar el extenso patrimonio religioso que alberga en su interior.
No hubiera sido necesario adornarla con esos centros, de flores tan bien confeccionados por profesionales del gremio, porque la iglesia en sí, es un adorno permanente.
¡Cuál fue nuestra sorpresa al escuchar el Ave María!
Cantada por una excelente soprano, acompañada al órgano magistralmente; aquellos sonidos nos recordaban, voces, y notas de otros tiempos, que hicieron el deleite de todos los presentes.
Si soy sincero, nos emocionamos un poco.
¿Y qué decir del sacerdote que les unió en matrimonio?
Víctor ¡Que persona tan buena y tan entrañable!, les dedicó unas bonitas y cariñosas palabras a los novios, y a todos los presentes, siempre con esa sencillez que le caracteriza y le engrandece.
Se le notaba a Víctor contento, porque estaba entre los suyos, con sus padres, sus familiares, y sus paisanos, amigos todos.
Deseo hacer una mención especial a Tasio y su esposa Colasa, que dedicaron sus esfuerzos desinteresadamente, para que nuestra Iglesia, luciera tan coqueta y bonita como siempre.
Me dijo personalmente, que la ocasión se lo merecía.
Gracias nuevamente Tasio y Colasa, sois formidables.
A todos y todo el pueblo, muchas gracias, y a todos los foreros por vuestros mensajes, que de una forma u otra nos acompañasteis y en ese día nos hicisteis un poco más felices.