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CUENCA DE CAMPOS: Raúl: ...

Raul esta bien que des las gracias a todas las personas que han podido colaborar en el preparativo de la Iglesia pero tambien ha habido otras personas que tambien ayudaron a limpiar, como Pili, Sita y Carmina y no digamos las cantoras que ya llevaban tiempo preparando los cantos y haciendo un esfuerzo para estar ese dia y hacerlo lo mejor posoble que creo que salio muy bien, las cantoras estan un poco dolidas con lo que dices ya que la ceremonia sin los cantos no resultaria tan solemne, Victor lo hizo formidable pero todo va en conjunto. Creo que te tienes que ractificar.

Amigo Roble: tienes toda la razón, a mi no me duelen prendas y reconocer, en este caso concreto, que hubo muchas más personas, para que todo saliese bien.
Como es el coro, que estuvieron siempre atentos y cantaron muy bien durante toda la ceremonia.
Así como otras muchas más personas, que participaron en los preparativos, ornamentación y limpieza de la Iglesia.
Como: Sita, Carmina, Pili y muchos más.
Pues la ocasión se lo merecía.
De todas formas, con mi escrito solo pretendía agradecer y reflejar unos hechos, que puntualmente me causaron más impresión, unos por bonitos y otros por inesperados.
En todo momento, se notaba que todo estaba bien coordinado.
No obstante, no quiero terminar este comentario sin pedir disculpas a todo aquel, que se haya sentido excluido en mi anterior escrito, y agradecer a todos su labor como hice anteriormente.
Saludos para todos.

Raúl:
Gracias por tus palabras de agradecimiento para mi esposa Colasa y para mi.
En primer lugar todo lo hicimos con mucho agrado, máxime tratándose de Yolanda y José Ignacio.
Como leo, al parecer alguien se ha molestado y te pide que rectifiques, pues no has puesto a todos los que participaron para que fuera tan solemne, como fué el sacramento del matrimonio entre Yolanda y José Ignacio.
Efectivamente, (puedo dar fe de ello), independientemente de tus familiares, y solo tus familiares) colaboraron en la limpieza de la Iglesia el jueves día 22, a las cinco y media de la tarde (luego había misa en San Bernardino a las ocho) o sea dos días antes de la boda, Pili C., Sita M., Carmina M., mi esposa y yo.
Raul, sabes muy bien, así te lo he dicho varias veces, que no me gusta el protagonismo ni quiero figurar si puedo evitarlo, pero ya entrando en el tema, de que quien hizo o dejó de hacer, para mi cada uno aportó su granito de arena; en primer lugar, y todo bajo mi punto de vista, los asistentes, dentro y fuera de la Iglesia, su comportamiento fue extraordinario; la solista y el pianista, el coro local, y sobre todos, el sacerdote celebrante, nuestro amigo Victor; en realidad todos colaboramos para que el acto fuera extraordinariamente correcto.
Pero hasta que llegó al día 24 a las seis de la tarde, (dia de la boda) nuestra Iglesia tan extraordinaria (así es, verdaderamente), sobre el día 19 se plagó, si. se plagó, de abejas, que de un panal situado en la torre entraban por el menor resquicio que encontraban, eso, querido amigo Raul, (no te lo digo como reproche el que no lo hayas comentado en tus mensajes) nos tocó tanto a Antonio Ontiyuelo y a mí, ir al anochecer fumigar para exterminarlas y luego ir tapando todas las rendijas existentes en las ventanas de la iglesia, hasta lograr limpiar totalmente esta plaga, para que el día de la boda de Yolanda y José Ignacio estuviera en perfectas condiciones sin problemas para los asistentes al acto.
Simplemente digo esto para que quien te dice que has omitido nombres sepa que muchas veces se está “ al lado del cañón “ y no da publicidad de lo que hace. pero viendo que te mandan rectificar, yo también (aunque ya lo sabía todo el pueblo) quiero salir a la palestra. Repito, nunca lo hubiera dicho, yo suelo hacer las cosas desinteresadamente, lo puedo demostrar.
Un abrazo muy fuerte para ti y Reyes,