Ahora que Raul cita lo de la tierra de alfalfa del Sr. Perico, recuerdo una pequeña gamberrada que de chicos le haciamos a este hombre mi primo Jesús y yo. Efectivamente el Sr. Perico, necesitaba raices de alfalfa para las vacas y mi primo y yo íbamos a sacar raices de la tierra, se las vendiamos y nos daba unas perras. Las citadas raices las echaba en un montón mayor que tenía en el herrén, pero éste tenía un trozo de tapia caida, por donde entrábamos, volviamos a llenar el saco y de nuevo a vender las mismas raices al Sr. Perico. Todo por unas perras con las que poder jugar al futbolín.