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CUENCA DE CAMPOS: Bernardino de Siena, santo de la Iglesia Católica (1.380-1.444),...

Bernardino de Siena, santo de la Iglesia Católica (1.380-1.444), franciscano, predicador de excepcional elocuencia, dejó numerosas obras en latín y en romance. En 1.427 propuso a los estudiantes de la Universidad de Siena <<siete reglas>> para ayudarles a hacerse hombres de provecho.
Primera regla, EL APRECIO: Uno no llega nunca a estudiar en serio si primero no aprecia el estudio.
No llega a formarse una cultura si antes no estima la cultura.
Un estudiante dobla la espalda sobre el libro. Tú escribes: Muy bien, así << no te hierve el cerebro, como a esos otros jovenzuelos, que, en vez de leer libros, no hacen sino frotar el asiento>>. Ama los libros, así entrarás en contacto con los grandes hombres del pasado: << les hablarás y ellos te responderán; te escucharán y tú les escucharás, y obtendrás de ello gran placer>>.
¿Que será en cambio, del estudiante en paro?.
Será como un cerdo en la pocilga, que come, bebe y duerme>>. Será un <<don nadie>>, que no harán nada en la vida.
Entendámonos: para una auténtica cultura hay que apreciar también, ademas de los libros, la conversación, el trabajo en grupo, el intercambio de experiencias. Todas estas cosas nos estimulan a ser activos y no solo receptivos. Nos ayudan a ser nosotros mismos en el estudio, a comunicar a los otros nuestras ideas de manera original; favorecen la atención respetuosa hacia el prójimo.
Pero que no disminuya nunca nuestra estima por los grandes <<maestros>>. Ser confidentes de grandes ideas vale más que ser inventores de mediocres. Decía Pascal: <<QUIEN SUBE SOBRE LOS HOMBROS DE OTRO VE MÁS LEJOS QUE ÉL, AUNQUE SEA MÁS PEQUEÑO>>.
Segunda Regla, La separación.
Separarse al menos un poco. De lo contrario, no se estudia en serio.<< Un libertino, echa a perder a todos. Una manzana podrida, puesta junto a las sanas, corrompe a todas las demás. Queda aún una esperanza: que el estudiante se aplique, por propia iniciativa, el <<remedio del saltimbanqui>>.
Lo conoces: Subido en una silla, el saltimbanqui enseña una caja cerrada a los campesinos que le rodean, atónitos y con la boca abierta, un día de mercado: << Aquí dentro-dice- está el remedio está el remedio más eficaz contra las coces del mulo. Cuesta poco, muy poco, y supone una fortuna>>. Muchos lo compraron. Pero a uno de los compradores le entraron ganas de abrir la caja: con gran sorpresa no encuentra sino dos metros de cuerda. Levanta la voz para protestar: << Esto es un timo>>. <<Nada de timo- responde el charlatán-, tú aléjate del mulo la distancia de esa cuerda y verás cómo no puede darte una coz>>. (continuará)..