CUENCA DE CAMPOS: La tempestad y la calma...

La tempestad y la calma

Yo vi del rojo sol la luz serena
turbarse, y que en un punto desaparece
su alegre faz, y en torno se oscurece
el cielo con tiniebla de horror llena.
El austro proceloso airado suena,
crece su furia, la tormenta crece,
y en los hombros de Atlante se estremece
el alto Olimpo y con espanto truena;
mas luego vi romperse el negro velo
deshecho en agua, ya su luz primera
restituirse alegre el claro día,
y de nuevo esplendor ornado el cielo
miré, y dije: ¿Quién sabe si le espera
igual mudanza a la fortuna mía?