"LOS PASTORES"
Pastores del secano y del olvido
por el polvo y la lana disfrazados,
con salir del redil vais de cruzados
a dar batalla al hambre en el ejido.
En días cencellosos no hay descanso;
con polainas y capa astudillana,
escuchando el piquete y la mediana,
cambiarás de un remanso a otro remanso.
Que sorda la borrega y la cancina,
y la oveja puntera qué empeñada
en pruebas de la ajena sembradura.
Ni come la modorra ni camina
y los perros mandíbula acerada,
se ganan el rebojo en su aventura.
La ferias que mi abuelo me contaba:
"oveja fuera, a la montera",
y si poco crecía la cartera,
merma en el herredón no se notaba.
Antes te dí mi ofício, por que vales,
hoy te doy mi cayado como alhaja,
(en él gravé con punta de navaja
un museo de ciencias naturales)
y ese carnero churro bocinero,
ariete en las berreas del sendero,
con cuernos como ruedas de fortuna:
por darte te daría, nieto mío,
una pradera inmensa junto a un río
y la cara de queso de la luna.
Pastores del secano y del olvido
por el polvo y la lana disfrazados,
con salir del redil vais de cruzados
a dar batalla al hambre en el ejido.
En días cencellosos no hay descanso;
con polainas y capa astudillana,
escuchando el piquete y la mediana,
cambiarás de un remanso a otro remanso.
Que sorda la borrega y la cancina,
y la oveja puntera qué empeñada
en pruebas de la ajena sembradura.
Ni come la modorra ni camina
y los perros mandíbula acerada,
se ganan el rebojo en su aventura.
La ferias que mi abuelo me contaba:
"oveja fuera, a la montera",
y si poco crecía la cartera,
merma en el herredón no se notaba.
Antes te dí mi ofício, por que vales,
hoy te doy mi cayado como alhaja,
(en él gravé con punta de navaja
un museo de ciencias naturales)
y ese carnero churro bocinero,
ariete en las berreas del sendero,
con cuernos como ruedas de fortuna:
por darte te daría, nieto mío,
una pradera inmensa junto a un río
y la cara de queso de la luna.