"Ni una tumba que Miguel diga dulcísima, / ni esa brizna de hierba que refresca / los huesos de los muertos".
Esto lo escribió Sabina cuando en los años sesenta vino por estas tierras en compañía de Blas de Otero en busca de
información sobre el paradero de su padre.
En los últimos años ha participado en varios
homenajes organizados por la Asociación para la recuperación de la memoria histórica, celebrados en los
montes Torozos y siempre habla de que su padre era natural de
Cuenca de Campos.
Si
... (ver texto completo)