No me han visto tus ojos.
Tan virgen
como el agua creadora de la linfa.
No me han visto.
Lentamente
viniendo,
desde allá.
En medio del cortejo de holocaustos.
Con el rayo y la hiedra entre los pies.
Y mañana...
Mañana...
En el fuego y la dulce primavera,
sabrás que voy matando a la manada,
que transporto en mis brazos la semilla.
Y en mí creerán tus ojos.
Mañana.
Sí,
mañana.
A. A
Tan virgen
como el agua creadora de la linfa.
No me han visto.
Lentamente
viniendo,
desde allá.
En medio del cortejo de holocaustos.
Con el rayo y la hiedra entre los pies.
Y mañana...
Mañana...
En el fuego y la dulce primavera,
sabrás que voy matando a la manada,
que transporto en mis brazos la semilla.
Y en mí creerán tus ojos.
Mañana.
Sí,
mañana.
A. A