Me ha emocionado la despedida de Mancio, del foro de Cuenca de Campos. Y me ha llegado al corazón porque las mismas espinas que han herido su alma, son las mismas que muchas veces arañan la mía. Lo comprendo y no me extraña su derrota; pero yo pido al Señor, en mi caso, que no me deje caer en la tentación y me de fuerzas para seguir al pie del cañón aunque me vea rodeado de indiferencia aparente, de la gente de mi pueblo, al igual que él. Y digo aparente porque en realidad, no quiero creer que así sea y deseo mantener en mi interior un rescoldo encendido y llevar en mi corazón esas mil quinientas personas que han visitado el foro de Deza cada día.
Un abrazo Mancio y hasta siempre.
El abuelo.
Un abrazo Mancio y hasta siempre.
El abuelo.