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CUENCA DE CAMPOS: CAMPANAS AL VIENTO...

CAMPANAS AL VIENTO

Las mayoría de las campanas de las iglesias de Tierra de Campos no desmerecen de la grandiosidad y calidad artística de las mismas iglesias. Y todos sabemos que la mayoría de las iglesias son como catedrales de enormes que son. Es una cosa que asombra a los que vienen por aquí. Se preguntan: ¿como puede tener estos pueblos tan pequeños unas iglesias tan grandes?. Pero señores no se crean que antes éramos como ahora. Antes éramos el centro del mundo. Los tejados están coronados por una torre donde se albergan las campanas. Ese tejado de la torre que lo han vuelto a recuperar las cigüeñas. Han recuperado esos tejados que les pertenecía desde tiempos inmemoriales y han vuelto a instalar su nido.

Las campanas suelen estar montadas en las ventanas de las paredes de la torre, las campanas grandes están colgadas más adentro.

Los toque de campanas pueden oirse desde cualquier parte del término municipal y eran fuente de información para los hombres que trabajaban en el campo. Cuando había un incendio se volteaban tocando "arrebato", todas las personas dejaban sus faenas y corrían a ayudar. Había toques de difuntos, de misas..... etc Todas las misas se anunciaban con tres toques de campanas, en el primero había que prepararse, e inmediatamente después del tercero empezaba la misa.

Por la tarde se tocaba al rosario y los días anteriores a una fiesta mayor, se tocaba a vísperas.

El encargado de tocar las campanas era el sacristán. Lo ejercía una familia del pueblo. Este trabajo por aquellos entonces se transmitía de generación en generación. Tocar las campanas tenía su arte y hubo sacristanes que se daban buena maña. Hoy en día ya hay pocas personas que sepan dar los toques de campana y para llamar a misa se suele hacer desde abajo tirando de una cuerda, no haciendo falta subir hasta el campanario. Por lo que hoy el antiguo refrán que decía: " No se puede estar en misa y repicando" ha quedado desfasado. Hoy si que se puede estar en misa y tocando las campanas.

También existían y existen en muchos pueblos la clásica campana del reloj del ayuntamiento, encerradas en un armazón metálico.