Un hombre rico y un hombre pobre conversaban:
-Si yo te diera el veinte por ciento de todo el oro que poseo, ¿me adularías?
-preguntó el rico.
-El reparto sería demasiado desigual para que tú merecieras mis cumplidos
-contestó el pobre.
- ¿Y si yo te diera la mitad de mi fortuna?
-Entonces seríamos iguales, ¿con qué fin adularte?
- ¿Y si yo te lo diera todo?
-En ese caso, ¡no veo qué necesidad tendría yo de adularte!
F I N
Que paseis un buen fin de semana, y mañana Dios mediante, a votar como mandan los cánones.
-Si yo te diera el veinte por ciento de todo el oro que poseo, ¿me adularías?
-preguntó el rico.
-El reparto sería demasiado desigual para que tú merecieras mis cumplidos
-contestó el pobre.
- ¿Y si yo te diera la mitad de mi fortuna?
-Entonces seríamos iguales, ¿con qué fin adularte?
- ¿Y si yo te lo diera todo?
-En ese caso, ¡no veo qué necesidad tendría yo de adularte!
F I N
Que paseis un buen fin de semana, y mañana Dios mediante, a votar como mandan los cánones.