Segadores de Castilla
avanzan por los caminos;
hoz al hombro, peregrinos,
van a sudar el jornal.
Nada detiene sus pasos
en la cruenta madrugada;
luz en alma empañada
caminan al pedregal.
Manos ajadas de acero
asen guadañas dormidas;
cañas de mies esparcidas
sucumben en el trigal.
La tarde cubre de sombras
garios, bieldos, aguaderas;
aperos, recias maderas
tesoro del fiel zagal.
Duras espaldas de bronce
cimbran carros soñolientos;
heridas curan los vientos
fingiendo por no llorar.
Asoma la noche suave
en los campos de Castilla;
segadores en cuadrilla
dormitan en el pajar.
avanzan por los caminos;
hoz al hombro, peregrinos,
van a sudar el jornal.
Nada detiene sus pasos
en la cruenta madrugada;
luz en alma empañada
caminan al pedregal.
Manos ajadas de acero
asen guadañas dormidas;
cañas de mies esparcidas
sucumben en el trigal.
La tarde cubre de sombras
garios, bieldos, aguaderas;
aperos, recias maderas
tesoro del fiel zagal.
Duras espaldas de bronce
cimbran carros soñolientos;
heridas curan los vientos
fingiendo por no llorar.
Asoma la noche suave
en los campos de Castilla;
segadores en cuadrilla
dormitan en el pajar.