POR PEDIR QUE NO QUEDE
Siempre que comienza un año, todos repasamos el año anterior y comentamos con las personas más cercanas nuestros proyectos y deseos. Es común que deseemos lo mejor para las personas más cercanas. Pero una cosa son los deseos y otras los proyectos, que pueden ser proyectos deseados o deseos de que se lleven a buen puerto los proyectos. En este año último de la primera década del siglo XXI buscamos realizar desde los proyectos más pequeños y cercanos a metas que difícilmente lleguemos a alcanzar.
En el aspecto socioeconómico estamos en un año en el que parece que no tocamos fondo. Pero lo malo es que no tenemos proyectos y si muchos deseos, algunos perversos contra el sistema o mejor dicho contra todos los que se aprovechan de una sociedad avariciosa y consumista. Puede que sea un punto de inflexión y empiece una nueva idea de organización sociopolítica de esta sociedad que necesita un chequeo tras ponerse en evidencia el sistema neocapitalista. Algunos piensan que estas crisis son cíclicas y se desenvuelven en ciclos que alternan prosperidad, crisis, recesión y reactivación.
La sociedad rural, en la agricultura tradicional de secanos de Tierra de Campos ha estado siempre muy habituada a la crisis. Aquí los ciclos han llegado a tener cuarenta a cincuenta años. Pero normalmente suelen ser de nueve a diez años. Estos días en que la actividad agraria en el campo ha bajado se montan muchas tertulias sobre el tema. Muchos sacan conclusiones de que la agricultura y la ganadería era mucho más rentable antes que ahora. Los únicos que hacen dinero son los grandes especuladores.
Por el momento lo que podemos pedir a este año es que todos podamos tener tranquilidad y una vida digna. Habrá que estar atentos después de la crisis y que nuestros deseos y proyectos no nos lleven más allá de unas aspiraciones justas de bienestar. Desde el campo deseamos que consuman productos de nuestra tierra. Eso nos permitirá tener una vida digna, con lo de siempre, con lo nuestro.
Siempre que comienza un año, todos repasamos el año anterior y comentamos con las personas más cercanas nuestros proyectos y deseos. Es común que deseemos lo mejor para las personas más cercanas. Pero una cosa son los deseos y otras los proyectos, que pueden ser proyectos deseados o deseos de que se lleven a buen puerto los proyectos. En este año último de la primera década del siglo XXI buscamos realizar desde los proyectos más pequeños y cercanos a metas que difícilmente lleguemos a alcanzar.
En el aspecto socioeconómico estamos en un año en el que parece que no tocamos fondo. Pero lo malo es que no tenemos proyectos y si muchos deseos, algunos perversos contra el sistema o mejor dicho contra todos los que se aprovechan de una sociedad avariciosa y consumista. Puede que sea un punto de inflexión y empiece una nueva idea de organización sociopolítica de esta sociedad que necesita un chequeo tras ponerse en evidencia el sistema neocapitalista. Algunos piensan que estas crisis son cíclicas y se desenvuelven en ciclos que alternan prosperidad, crisis, recesión y reactivación.
La sociedad rural, en la agricultura tradicional de secanos de Tierra de Campos ha estado siempre muy habituada a la crisis. Aquí los ciclos han llegado a tener cuarenta a cincuenta años. Pero normalmente suelen ser de nueve a diez años. Estos días en que la actividad agraria en el campo ha bajado se montan muchas tertulias sobre el tema. Muchos sacan conclusiones de que la agricultura y la ganadería era mucho más rentable antes que ahora. Los únicos que hacen dinero son los grandes especuladores.
Por el momento lo que podemos pedir a este año es que todos podamos tener tranquilidad y una vida digna. Habrá que estar atentos después de la crisis y que nuestros deseos y proyectos no nos lleven más allá de unas aspiraciones justas de bienestar. Desde el campo deseamos que consuman productos de nuestra tierra. Eso nos permitirá tener una vida digna, con lo de siempre, con lo nuestro.