
! Que viva el verano!! Que viva la fiesta!.
Todo son sonrisas y arcas municipales que se estiran como las mejores gomas. Nacen las semanas culturales, las exposiciones, las parrilladas, las paelladas, las chorizadas, los campeonatos de brisca... etc.
Nuestros pueblos se llenan de alegría y de gente paseando por sus calles. Todos estan contentos y dan la bienvenida a quienes se acercan. Saludan a todo lo que se mueve. Como que no quiere la cosa la depresión rural desaparece y juntos los foraneos y los locales se vuelven uno tirando del mismo carro. El mundo por arte de magía se vuelve rural.
Hasta los más negativos reconocen que lo rural tiene algo. Nadie se acuerda de que el verano tiene que acabar y quien más quién menos tiene que volver a su trabajo.
Después quedarán los de siempre. La actividad cultural quedará relegada a la nada y pensaremos que lo sucedido es un espejismo y los fantasmas de la despoblación volverán a aparecer. Se volvera a reclamar los servicios que faltan y los que se deniegan.
Y es que cuando el otoño asoma su morro y nos hace creer que lo pasado ha sido una película, es cuando aparecen los que tendrán que apechugar para mantener lo que hay y exigir lo inexistente. Esos que seguiran bregando para que el año que viene las fiestas sean mejores que las anteriores. Procuraran tener adecentadas las calles desde la austeridad propias de estas tierras.
Por suerte siguen quedando los ultimos de Filipinas, los aguerridos defensores del medio rural que son capaces de cualquier cosa por mantener este tinglado.
Todo son sonrisas y arcas municipales que se estiran como las mejores gomas. Nacen las semanas culturales, las exposiciones, las parrilladas, las paelladas, las chorizadas, los campeonatos de brisca... etc.
Nuestros pueblos se llenan de alegría y de gente paseando por sus calles. Todos estan contentos y dan la bienvenida a quienes se acercan. Saludan a todo lo que se mueve. Como que no quiere la cosa la depresión rural desaparece y juntos los foraneos y los locales se vuelven uno tirando del mismo carro. El mundo por arte de magía se vuelve rural.
Hasta los más negativos reconocen que lo rural tiene algo. Nadie se acuerda de que el verano tiene que acabar y quien más quién menos tiene que volver a su trabajo.
Después quedarán los de siempre. La actividad cultural quedará relegada a la nada y pensaremos que lo sucedido es un espejismo y los fantasmas de la despoblación volverán a aparecer. Se volvera a reclamar los servicios que faltan y los que se deniegan.
Y es que cuando el otoño asoma su morro y nos hace creer que lo pasado ha sido una película, es cuando aparecen los que tendrán que apechugar para mantener lo que hay y exigir lo inexistente. Esos que seguiran bregando para que el año que viene las fiestas sean mejores que las anteriores. Procuraran tener adecentadas las calles desde la austeridad propias de estas tierras.
Por suerte siguen quedando los ultimos de Filipinas, los aguerridos defensores del medio rural que son capaces de cualquier cosa por mantener este tinglado.