Hoy he visitado la Feria Internacional de Muestras en su setentaicinco aniversario y quiero compartir con vosotros lo que he sentido.
En primer lugar, una tremenda decepción pues se ha convertido en un mercadillo, eso si, grande pero mercadillo.
Con la disculpa del setentaicinco aniversario, la entrada es gratuita, con lo que significa masificación por todo lo alto, y familias enteras a pasar el día.
Claro que con esto de la crisis económica, si cobran algo, no va nadie.
En segundo lugar he sentido nostalgia, es por ello que escribo este mensaje sobre la foto de la placa de Julio Vibot.
Hace muchos años cuando íbamos a la Feria de Muestras, una de las visitas obligadas era a los diferentes stands en que Julio Vibot exponía.
Recuerdo que tenía dos o tres puestos en los que mostraba los diferentes trabajos magistralmente por él realizados, y que eran un hervidero de gente, pues eran dignos de ver.
¡Que orgullosos íbamos los de Cuenca! sobre todo si íbamos acompañados de gente de otros lugares a ver esos stands.
Como podíamos, nos hacíamos paso entre la gente, para ver y poder mostrar a nuestros acompañantes como tenía expuestas entre cientos de obras de arte, unas botas con el escudo de Cuenca de Campos, así como otras con la imagen de San Bernardino.
Sí señores, me gustaba presumir que gente de mi pueblo había llegado muy alto y no olvidaba sus orígenes.
Al lado de las fotos que él tenía con gente importante, bien fueran del Papa o de los políticos de la época, y de cientos de diplomas obtenidos por su buen hacer profesional, nunca faltaba el título de HIJO PREDILECTO DE CUENCA DE CAMPOS.
Siempre he admirado de Julio Vibot, que a pesar de llegar tan alto y codearse con la gente más importante en los tiempos que le tocó vivir, nunca renegó de sus orígenes.
Yo por mi parte quiero agradecérselo aunque sólo sea escribiendo este mensaje. Pienso que ha dado más de lo que ha recibido y es justo reconocérselo.
Un abrazo para todos los de Cuenca y el que tenga la oportunidad de vivir las fiestas de Valladolid, que se lo pase muy bien.
En primer lugar, una tremenda decepción pues se ha convertido en un mercadillo, eso si, grande pero mercadillo.
Con la disculpa del setentaicinco aniversario, la entrada es gratuita, con lo que significa masificación por todo lo alto, y familias enteras a pasar el día.
Claro que con esto de la crisis económica, si cobran algo, no va nadie.
En segundo lugar he sentido nostalgia, es por ello que escribo este mensaje sobre la foto de la placa de Julio Vibot.
Hace muchos años cuando íbamos a la Feria de Muestras, una de las visitas obligadas era a los diferentes stands en que Julio Vibot exponía.
Recuerdo que tenía dos o tres puestos en los que mostraba los diferentes trabajos magistralmente por él realizados, y que eran un hervidero de gente, pues eran dignos de ver.
¡Que orgullosos íbamos los de Cuenca! sobre todo si íbamos acompañados de gente de otros lugares a ver esos stands.
Como podíamos, nos hacíamos paso entre la gente, para ver y poder mostrar a nuestros acompañantes como tenía expuestas entre cientos de obras de arte, unas botas con el escudo de Cuenca de Campos, así como otras con la imagen de San Bernardino.
Sí señores, me gustaba presumir que gente de mi pueblo había llegado muy alto y no olvidaba sus orígenes.
Al lado de las fotos que él tenía con gente importante, bien fueran del Papa o de los políticos de la época, y de cientos de diplomas obtenidos por su buen hacer profesional, nunca faltaba el título de HIJO PREDILECTO DE CUENCA DE CAMPOS.
Siempre he admirado de Julio Vibot, que a pesar de llegar tan alto y codearse con la gente más importante en los tiempos que le tocó vivir, nunca renegó de sus orígenes.
Yo por mi parte quiero agradecérselo aunque sólo sea escribiendo este mensaje. Pienso que ha dado más de lo que ha recibido y es justo reconocérselo.
Un abrazo para todos los de Cuenca y el que tenga la oportunidad de vivir las fiestas de Valladolid, que se lo pase muy bien.