
Cuando va pasando el tiempo y el verano se va, uno se da cuenta de lo pasado en el, y piensa en el futuro, lo más próximo el otoño.
Con el otoño llega la “soledad” a Cuenca, no por la estación en si, si no, porque es cuando verdaderamente se ve lo que queda en el pueblo.
Queda tampoco que uno se entristece y se da cuenta que Cuenca es solamente un pueblo de veraneantes, pues los que se quedan durante todo el año, pasan el verano con bullicio, muy interesante para poder sonreír, el otoño, aun les reserva alguna alegría con sus veranillos, pero sin gente, muy pocos, y así hasta que llega de nuevo el verano, en ese tiempo transcurrido alguien se ha” ido” y nadie le ha remplazado para que el pueblo siga viviendo. ¿Que quiero decir con esto?. que ni el verano ese tan animado, ni esas fiestas de la semana cultural, etc. nos van a librar de la casi (en poco tiempo) desaparición del pueblo.
Hay que ser realistas y no propagar a bombo y platillo que Cuenca es maravillosa, si, es maravillosa, pero con pocas ganas de vivir. Todos los que vivimos fuera, ¿Por qué no vamos aunque solamente sea en los fines de semana, no digo todos, pues puede que haya circunstancias que no te lo permitan y tambien que exista una lejanía casi infranqueable, pero hay otros muchos que lo pueden hacer, se de alguno que lo hace todos los fines de semana, y eso alegra, pues el pueblo vuelve a animarse, con los niños que los acompañan, sus hijos, nietos,.., y eso hace que por lo menos, en dos o tres días el pueblo casi sigue igual que lo fue en pleno verano.
Quiero, antes de terminar este, mi pensamiento, rendir un homenaje, muy profundo a todas aquellas personas, que por las circunstancias que sean, siguen permanentemente viviendo en el pueblo, y esos si que son los únicos que le dan vida, (independientemente que otros con sus impuestos mantengan los servicios municipales, para poder disfrutar de ellos en todo tiempo, los que se quedan y los que vamos a pasar el verano). Digo que los que se quedan esos si dan vida al pueblo, porque sino, a quien verían (aunque en invierno poco se debe salir, la edad, los achaques..) los pocos forasteros que vayan en otoño, invierno y parte de la primavera, a nadie, entonces este pueblo sería como un pueblo fantasma que solo lo representan los que están en el..
No quiero pasar por alto el buen hacer del dueño de la Bodega la Tata, que con su atractivo, como restaurador, hace que día a día se llene de vehículos los alrededores de su establecimiento, y por tanto de comensales, que con su presencia animan la vida del pueblo; tampoco quiero olvidarme del Mesón la Cañada que tambien ayuda a ese mantenimiento con su quehacer como así lo indica su nombre. Termino diciendo que mi comentario lo hago sin intención de molestar a nadie, cada uno es libre de hacer lo que le plazca, por tanto, repito no me gustaría que alguien pudiera ofenderse, no es mi estilo ofender a nadie. Espero haya sido amena su lectura y cale hondo en los que lo lean. Mi interés solamente es para que no solo en verano alegremos el pueblo si no tambien hay que hacerlo de vez en cuando, algún fin de semana, con temperaturas frías o menos frías; es saludable para la salud y para Cuenca. YO
Con el otoño llega la “soledad” a Cuenca, no por la estación en si, si no, porque es cuando verdaderamente se ve lo que queda en el pueblo.
Queda tampoco que uno se entristece y se da cuenta que Cuenca es solamente un pueblo de veraneantes, pues los que se quedan durante todo el año, pasan el verano con bullicio, muy interesante para poder sonreír, el otoño, aun les reserva alguna alegría con sus veranillos, pero sin gente, muy pocos, y así hasta que llega de nuevo el verano, en ese tiempo transcurrido alguien se ha” ido” y nadie le ha remplazado para que el pueblo siga viviendo. ¿Que quiero decir con esto?. que ni el verano ese tan animado, ni esas fiestas de la semana cultural, etc. nos van a librar de la casi (en poco tiempo) desaparición del pueblo.
Hay que ser realistas y no propagar a bombo y platillo que Cuenca es maravillosa, si, es maravillosa, pero con pocas ganas de vivir. Todos los que vivimos fuera, ¿Por qué no vamos aunque solamente sea en los fines de semana, no digo todos, pues puede que haya circunstancias que no te lo permitan y tambien que exista una lejanía casi infranqueable, pero hay otros muchos que lo pueden hacer, se de alguno que lo hace todos los fines de semana, y eso alegra, pues el pueblo vuelve a animarse, con los niños que los acompañan, sus hijos, nietos,.., y eso hace que por lo menos, en dos o tres días el pueblo casi sigue igual que lo fue en pleno verano.
Quiero, antes de terminar este, mi pensamiento, rendir un homenaje, muy profundo a todas aquellas personas, que por las circunstancias que sean, siguen permanentemente viviendo en el pueblo, y esos si que son los únicos que le dan vida, (independientemente que otros con sus impuestos mantengan los servicios municipales, para poder disfrutar de ellos en todo tiempo, los que se quedan y los que vamos a pasar el verano). Digo que los que se quedan esos si dan vida al pueblo, porque sino, a quien verían (aunque en invierno poco se debe salir, la edad, los achaques..) los pocos forasteros que vayan en otoño, invierno y parte de la primavera, a nadie, entonces este pueblo sería como un pueblo fantasma que solo lo representan los que están en el..
No quiero pasar por alto el buen hacer del dueño de la Bodega la Tata, que con su atractivo, como restaurador, hace que día a día se llene de vehículos los alrededores de su establecimiento, y por tanto de comensales, que con su presencia animan la vida del pueblo; tampoco quiero olvidarme del Mesón la Cañada que tambien ayuda a ese mantenimiento con su quehacer como así lo indica su nombre. Termino diciendo que mi comentario lo hago sin intención de molestar a nadie, cada uno es libre de hacer lo que le plazca, por tanto, repito no me gustaría que alguien pudiera ofenderse, no es mi estilo ofender a nadie. Espero haya sido amena su lectura y cale hondo en los que lo lean. Mi interés solamente es para que no solo en verano alegremos el pueblo si no tambien hay que hacerlo de vez en cuando, algún fin de semana, con temperaturas frías o menos frías; es saludable para la salud y para Cuenca. YO