Aquí tienes otra fábula amiga Rubí.
El Asno y el perrito
Un hombre poseía un perrito y un asno. El perrito era muy inteligente y juguetón; el asno, muy trabajador, aunque un tanto torpe. El perrito era, en verdad, sumamente gracioso y gran compañero de su amo, que le adoraba. Cuando el hombre salía de la casa, siempre, al regresar, le traía alguna golosina, pues le alegraba ver cómo el animalito daba grandes saltos para sacárle de las manos.
Celoso de tal predilección, el simple del burro dijose un día, sin disimular su envidia.
- ¡Le premia por verle mover la cola, y por unos cuantos saltos le colma de caricias! ¡Pues yo haré lo mismo!
Se acercó saltando y, sin querer, le dio una tremenda coz a su dueño, quien, furioso, le condujo para atarle al pesebre.
Asume tu papel con optimismo: No todos sirven para hacer lo mismo.
Recordar a los amigos de Cuenca, que Rubí, es una amiga del foro de Narros del Castillo (AVILA) os invito a visitar su pueblo.
El Asno y el perrito
Un hombre poseía un perrito y un asno. El perrito era muy inteligente y juguetón; el asno, muy trabajador, aunque un tanto torpe. El perrito era, en verdad, sumamente gracioso y gran compañero de su amo, que le adoraba. Cuando el hombre salía de la casa, siempre, al regresar, le traía alguna golosina, pues le alegraba ver cómo el animalito daba grandes saltos para sacárle de las manos.
Celoso de tal predilección, el simple del burro dijose un día, sin disimular su envidia.
- ¡Le premia por verle mover la cola, y por unos cuantos saltos le colma de caricias! ¡Pues yo haré lo mismo!
Se acercó saltando y, sin querer, le dio una tremenda coz a su dueño, quien, furioso, le condujo para atarle al pesebre.
Asume tu papel con optimismo: No todos sirven para hacer lo mismo.
Recordar a los amigos de Cuenca, que Rubí, es una amiga del foro de Narros del Castillo (AVILA) os invito a visitar su pueblo.