CUENCA DE CAMPOS: El burro del aceitero...

El burro del aceitero

En cierta ocasión, un cuero
lleno de aceite llevaba
un borrico que ayudaba
en su oficio a un aceitero.

A paso un poco ligero
de noche en su cuadra entraba,
y de una puerta en la aldaba
se dio el porrazo más fiero.

¡Ay! Clamó. ¿No es cosa dura
que tanto aceite acarree,
y tenga la cuadra oscura?

Me temo que se mosquee
de este cuento quien procura
juntar libros que no lee.

¿Se mosquea? Bien está.
Pero este tal ¿por ventura
mis fábulas leerá?

A los que juntan muchos libros y ninguno leen.

Tomás de Iriarte