LO RECUERDO... Recuerdo esa especie de cajón, en la cocina del pueblo; no muy lejos colgaban unos chorizos, recién hechos colgados de un tosco palo, al lado de m la ancha y negra chimenea. Yo ya vivía en Madrid, hacía algunos años; lo supongo, porque "el cajón" (voz de su amo o algo así, llegó tarde a aquella humilde casa, que yo mismo derruí muchos años después, edificando otra acorde con las exigencias de estos tiempos. pero vayamos con la historia que un desfiles de imágenes, me castigaron:
"Recostado en un cómodo sofá (! Que lejos aquellos toscos taburetes, o posones, hechos de esparto y rellenos de paja!) frente al televisor, percibo llantos multiplicados: ruidos y silencios de mil siglos emergen del hoyo de los tiempos, eso que nunca desaparece: la torpeza del hombre; sus idas y venidas, su caminar en la incertidumbre, su egoísmo y extravío... Veo desfilar a hombres inmensamente tristes, increíblemente ausentes al crujir de pateras que el mar destroza... Y los hombres, desdibujados de la realidad... imensamente viejos, en todos los oficios; sin haber aprendido, nada..,
Gime la memoria a meces, otras grita, las mas dibuja, y se sumerge en escenas de tristeza; es entonces que acuden vivencias: vivencias niñas; juegos interrumpidos... Y te empeñas, en que huyen las palomas que siempre huyeron. Y te empeñas en oír el estruendo de maquinas de hierro, segando vidas, sembrando llanto. Y lloras en el barbecho herido, en el llanto de arados inmóviles y silenciosos; esperando regresos. Y oyes como gimen los trigos, esperando frentes sudorosas... Y te recuerdas niño. Y piensas que habrá siempre niños que envidiarán a otras niños. Y es que los hombres se empeñan en nacer con memoria que pierden cuando ya son hombres, olvidando que a los niños les gusta corretear tras de mariposas; esos niños que no tuvieron otras cosas. Hombres sumidos el la inconsciencia, o arrastrados por otros...- en la maldita costumbre, de poner fusiles en manos que pudieron ser creadoras.
Es un "cuento" que reaparece. Un cuento que ya "me conté una mañana lejana, mientras me repito ¿Cuando nacerá un mañana, en que solo se cuenten bonitos cuentos, que hagan reír a los niños?
LIBERTAD.
"Recostado en un cómodo sofá (! Que lejos aquellos toscos taburetes, o posones, hechos de esparto y rellenos de paja!) frente al televisor, percibo llantos multiplicados: ruidos y silencios de mil siglos emergen del hoyo de los tiempos, eso que nunca desaparece: la torpeza del hombre; sus idas y venidas, su caminar en la incertidumbre, su egoísmo y extravío... Veo desfilar a hombres inmensamente tristes, increíblemente ausentes al crujir de pateras que el mar destroza... Y los hombres, desdibujados de la realidad... imensamente viejos, en todos los oficios; sin haber aprendido, nada..,
Gime la memoria a meces, otras grita, las mas dibuja, y se sumerge en escenas de tristeza; es entonces que acuden vivencias: vivencias niñas; juegos interrumpidos... Y te empeñas, en que huyen las palomas que siempre huyeron. Y te empeñas en oír el estruendo de maquinas de hierro, segando vidas, sembrando llanto. Y lloras en el barbecho herido, en el llanto de arados inmóviles y silenciosos; esperando regresos. Y oyes como gimen los trigos, esperando frentes sudorosas... Y te recuerdas niño. Y piensas que habrá siempre niños que envidiarán a otras niños. Y es que los hombres se empeñan en nacer con memoria que pierden cuando ya son hombres, olvidando que a los niños les gusta corretear tras de mariposas; esos niños que no tuvieron otras cosas. Hombres sumidos el la inconsciencia, o arrastrados por otros...- en la maldita costumbre, de poner fusiles en manos que pudieron ser creadoras.
Es un "cuento" que reaparece. Un cuento que ya "me conté una mañana lejana, mientras me repito ¿Cuando nacerá un mañana, en que solo se cuenten bonitos cuentos, que hagan reír a los niños?
LIBERTAD.