El motivo en concreto de que el cepo de las Ánimas se llame así, no lo sé, pero, amigo Raúl, te refresco la memória de que, habiendo sido tú, tambien monaguillo, te acordarás de que cuando se salía a pedir los domingos durante la misa, igual que se hace ahora, portábamos una pequeña arquilla, de madera, con una rendija por arriba, por donde se podían depositar las limosnas, que los feligreses tenían a bien aportar, y se llamaba "cepillo"por lo tanto, esto sí que no me lo podrás porfiar; en conclusión, el nombre de "cepillo", es el diminutivo de cepo, y consiste en una caja, o arquilla para recoger limosnas; de ahí que, posiblemente, la caseta de las Ánimas la bautizara la cofradía como cepo, ya que en efecto, por detrás de la puerta, hay ubicada un especie de arquilla, para que cuando se introduzcan las monedas, que las gentes de buena voluntad deseen depositar, estas monedas caigan a la cajita mencionada, de ahí, alomejor, viene el nombre de cepo de las Ánimas, que en realidad, seguramente que lo hiciron con la idea de recaudar limosnas, se supone que, para aplicar misas a los difuntos.
Más información sobre el cepo, o caseta de las Ánimas; cuando en efecto, esta construcción se encontraba en el otro lado, la puerta era de madera, y no estaba bien ajustada al suelo por lo que existía una considerable abertura por la que algunos mozuelos con pocos escrupulos, tomaban un palo con el que en la punta del mismo, embadurnaban de barro, lo introducían por la ámplia ranura, y así podían sacar pegadas al barro, algunas de las pocas perras gordas, o chicas que era lo que más se usaba por aquél entonces, ya que por detrás de la puerta no existía el arquilla, y las monedas caían al suelo, dispuestas a merced de cualquier raterillo de poca monta.
Este caso de usurpar las monedas del cepo, es verídico, aunque no deja de ser, una chiquillada, algún caso de estos ocurrió, siendo alcalde del pueblo D. Mariano Ribero, aproximadamente sobre los años 50.
Más información sobre el cepo, o caseta de las Ánimas; cuando en efecto, esta construcción se encontraba en el otro lado, la puerta era de madera, y no estaba bien ajustada al suelo por lo que existía una considerable abertura por la que algunos mozuelos con pocos escrupulos, tomaban un palo con el que en la punta del mismo, embadurnaban de barro, lo introducían por la ámplia ranura, y así podían sacar pegadas al barro, algunas de las pocas perras gordas, o chicas que era lo que más se usaba por aquél entonces, ya que por detrás de la puerta no existía el arquilla, y las monedas caían al suelo, dispuestas a merced de cualquier raterillo de poca monta.
Este caso de usurpar las monedas del cepo, es verídico, aunque no deja de ser, una chiquillada, algún caso de estos ocurrió, siendo alcalde del pueblo D. Mariano Ribero, aproximadamente sobre los años 50.