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CUENCA DE CAMPOS: El rastro de los caracoles...

El rastro de los caracoles
En muchas ocasiones podemos advertir en nuestro huerto o jardín la presencia de caracoles por el rastro de baba que suelen dejar al arrastrarse. Pero lo que resulta realmente curioso es que suelen dejar rastros de esa baba paralelamente o incluso uno encima de la otro.

Después de ciertas investigaciones y tras medir el espesor del rastro de baba, se llegó a la conclusión de que los caracoles y babosas siguen la pista de otros ejemplares de su misma especie para ahorrar energía, cuando utilizan la misma pista necesitan generan menos cantidad de baba que sus predecesores, así ahorran hasta dos tercios de energía, que luego la utilizaran para alimentarse o reproducirse. Se podría decir que utilizan una carretera asfaltada en lugar de un camino con piedras y obstáculos.

Una forma de detectar a los caracoles es por su rastro.
Detectando las sustancias químicas que se contienen en este líquido viscoso, a los caracoles les permite determinar la dirección y especie que ha dejado ese rastro. Normalmente estos moluscos siguen la pista en la misma dirección, de esta forma se localizan con más rapidez en la temporada de apareamiento.

Propiedades de la baba de caracol

Últimamente estamos acostumbrados a escuchar o ver anuncios en los medios de comunicación de las propiedades milagrosas de la baba de caracol, que prometen curar el acné, las cicatrices, estrías, arrugas y quemaduras. Esto ha puesto en contradicción ha muchos expertos que aseguran que si bien, los beneficios para la piel de las secreciones de este animal están sobradamente demostrados, la mayoría de estos productos con baba de caracol no se han obtenido con el rigor científico adecuado.

El descubrimiento de las propiedades de las secreciones del caracol fue por casualidad, como muchos descubrimientos en la ciencia. En 1965 en el hospital Gregorio Marañón de Madrid, el doctor en oncología Sr. Abad Iglesias sometió caracoles a radiaciones de rayos X y gamma, descubriendo que segregaban una sustancia especial distinta a la utilizada para desplazarse. Y esta misma sustancia curaba rápidamente las lesiones que se producían al aplicarle las radiaciones.

Todas las cremas basadas en la baba de caracol, deben pasar por un riguroso control.

Después de estos descubrimientos habrá que diferenciar entre la baba que utiliza el caracol para desplazarse, careciendo de propiedades curativas y la secreción que desprende como mecanismo de defensa a las agresiones medioambientales y parece ser que ayuda a retardar el envejecimiento, reparando la piel de las personas. Esta secreción ejerce una doble función, estimula la formación del colágeno y la elastina reparando los signos de envejecimiento, así como minimiza los daños producidos por los radicales libres siendo los culpables de que la piel envejezca prematuramente. Por eso todas las cremas a base de baba de caracol deben estar avaladas por un estudio científico riguroso que respalde las propiedades que ofrece.