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CUENCA DE CAMPOS: De lírica laxativa...

A la vejez ciruelas.

La sangre horticultural que me corre por las venas, que de niño viví y observe en este oficio, me inducen a relatar estos datos, pienso irán bien para ayudarnos a nuestros organismos y mantenerlos en forma.

Las ciruelas sacian y mejoran el tránsito intestinal, uno de sus componentes el sorbitol, que es el responsable de conferirle un suave efecto laxante.

Por sus riquezas en betacarotenos son un potente antioxidante, y gran protector de las enfermedades cardiobasculares y los daños nocivos del sol.

Por su composición en un 86% de agua son perfectas para cuidar la línea y combatir el calor.

Son por su alto contenido en agua, excelentes drenantes.

Para sufrir un episodio de diarrea habría que tomar más de ½ kilo, cuando lo habitual es no pasar de 100, 150 gramos.

En nuestro pueblo, se han plantado multitud de árboles, un sobrino mío me dijo, que a Cuenca de Campos le habían galardonado como pueblo de España que más árboles se habían plantado.

Desde esta página propongo al consejero/a de medio ambiente, y a nuestras autoridades de Castilla y León, de implantar un gran huerto en Cuenca de Campos, para promocionar una serie de árboles (y también frutas y hortalizas) que ayuden a paliar de alguna forma la emigración que años atrás sufrió nuestro pueblo, y en general la tierra de Campos.

Es decir, trasladar los viejos tiempos a los tiempos modernos.

Pienso que con la aportación de todos, esta idea es posible, a parte que nos haría felices a muchos.

Ah! A la juventud también ciruelas.

Saludos para todos

De lírica laxativa

«Se da el embellecimiento imprevisto/ ciruela inmediata, pronuncias/ fruta y se oye a tu paso/ caer una piedra». Como repertorio lírico no es mucho, pero menos es el referido a los laxantes farmacológicos, sobre los que no se conoce más cantiga que la que pudiera trovarse, contando con unas dosis de mal gusto, con voces como administrables por vía rectal, formadores de masa, emolientes, estimulantes de la movilidad intestinal, osmóticos y derivados de azúcares. Peligrosos y adictivos laxantes versus ciruela hermosa, redonda, luminosa, brillante y dulce o seca y arrugada en volumen informe, pero dispuesta a ser vivificada y gloriosamente preñada por la hermana agua, que al decir del buen santo de Asís es utilísima, preciosa, casta y humilde. No hay color, ni sabor que echar sobre la mesa en desesperado arrastre. La ciruela, que presta su sorbitol y sus derivados de la hifroxifenilxantina a los fármacos que emperezan el sistema intestinal, seguirá siempre ahí para quien la quiera coger y gozar.
Javier Raya.