EL ENVEJECIMIENTO EN EL MUNDO RURAL
Todos sabemos el significativo aumento de personas de muy alta edad en el mundo rural. Esto lleva consigo el agravante de su dependencia, que unido a la escasez de servicios que den respuesta adecuada a sus situaciones particulares, está provocando que el medio rural sea de por sí un espacio discapacitante.
Todos sabemos y tenemos claro que nuestros mayores desean envejecer en sus casas y ser atendidos por su familia. Pero en raras ocasiones sus familiares disponen de tiempo o viven lejos de ellos. Ya sabemos qu el trabajo no abunda y han tenido que salir a buscarlos a otros sitios.
Las condiciones demográficas y socieconómicas de determinadas zonas rurales, unido a la escasez de servicios y susencias de la intervención institucional, originan un riesgo de aislamiento mucho más severo, que acelera aún más el proceso de dependencia, convirtiendose este en un grave problema. Vivir en el pueblo hoy en día supone una merma en el acceso a los servicios propios del medio urbano y una restricción de los derechos como ciudadano.
El hecho de que los territorios rurales padezcan esta descriminación tenía que hacer que las Instituciones Públicas intervinieran con carácter de urgencia. Se deben y se tienen que hacer programas específicos muy pegados a la tierra, planteando nuevas formas de intervención social. El modelo urbano no es extrapolable al medio rural.
Podemos afirmar y afirmamos que hacerse mayor en un pueblo pequeño es duro y si no se interviene rápidamente y de manera rápida y singular en cada caso, se fomentará el aislamiento, la discapacidad, la dependencia y el desamparo.
Ante esta situación descrita de nada sirven señalar las carencias de los mayores que residen en los pueblos, o las enormes dificultades que tienen para acceder a unos recursos lejanos y pensados solo para los que viven en núcleos urbanos; si no interviene las intituciones.
Todos sabemos el significativo aumento de personas de muy alta edad en el mundo rural. Esto lleva consigo el agravante de su dependencia, que unido a la escasez de servicios que den respuesta adecuada a sus situaciones particulares, está provocando que el medio rural sea de por sí un espacio discapacitante.
Todos sabemos y tenemos claro que nuestros mayores desean envejecer en sus casas y ser atendidos por su familia. Pero en raras ocasiones sus familiares disponen de tiempo o viven lejos de ellos. Ya sabemos qu el trabajo no abunda y han tenido que salir a buscarlos a otros sitios.
Las condiciones demográficas y socieconómicas de determinadas zonas rurales, unido a la escasez de servicios y susencias de la intervención institucional, originan un riesgo de aislamiento mucho más severo, que acelera aún más el proceso de dependencia, convirtiendose este en un grave problema. Vivir en el pueblo hoy en día supone una merma en el acceso a los servicios propios del medio urbano y una restricción de los derechos como ciudadano.
El hecho de que los territorios rurales padezcan esta descriminación tenía que hacer que las Instituciones Públicas intervinieran con carácter de urgencia. Se deben y se tienen que hacer programas específicos muy pegados a la tierra, planteando nuevas formas de intervención social. El modelo urbano no es extrapolable al medio rural.
Podemos afirmar y afirmamos que hacerse mayor en un pueblo pequeño es duro y si no se interviene rápidamente y de manera rápida y singular en cada caso, se fomentará el aislamiento, la discapacidad, la dependencia y el desamparo.
Ante esta situación descrita de nada sirven señalar las carencias de los mayores que residen en los pueblos, o las enormes dificultades que tienen para acceder a unos recursos lejanos y pensados solo para los que viven en núcleos urbanos; si no interviene las intituciones.