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CUENCA DE CAMPOS: La hiedra...

La hiedra

Resurjo perenne desde todos los olvidos,
me nutro del néctar palpitante de labios hechizados,
y es cada brote un suspiro que derrocho,
una osadía cada gemir.

Desde mis abismos suavizo cada nota, cada estrofa,
no hay latidos equidistantes,
exhalo todos los venenos,
y macerado tu antídoto me embriaga.

Te abrazo hasta atraparte entre mis sudores,
te transformo en tritón de una errante nereida,
y sin prejuicios arranco tu último esplendor.

Soy la hiedra,
necesito el licor que me brindas,
quiero la ceremonia de un tango incrédulo,
dame tu sacrificio, tu ofrenda
y tendrás vida eterna entre mis destellos.
T. G