"E N V E J E C E R"
Hora a hora, paso a paso
sin apenas enterarnos
se van pasando los días,
se van pasando los años.
Las ilusiones decrecen;
los impulsos son escasos;
todo nos importa menos
y nos vamos dando cuenta
como, a veces, estorbamos,
pero, no damos la queja,
sencillamente, callamos.
Observamos a los jóvenes
que, nos miran como extraños
sin pensar, que nos da igual,
queramos o no queramos,
se van pasando los días,
se van pasando los años
y lo que ahora no les duele,
les dolerá no tardando.
La soledad nos remansa
y nos hace más sensatos,
amamos a todos más,
sin apenas demostrarlo.
Nos va agachando la edad,
con el correr de los años.
Sin poderlo remediar,
la comprensión que esperamos,
tal vez nunca llegará
y sin lágrimas, lloramos.
Si miran unos a otros...
también nosotros miramos,
pero miramos adentro,
con cariño, disculpando,
lo que ahora no comprenden
que nos hiere y hace daño;
mas, reflexionarán tarde...
porque el tiempo no perdona,
porque el tiempo es implacable.
Queramos o no queramos,
se pasan las primaveras,
los otoños, los veranos
y el invierno de la vida,
nos convierte en más humanos.
Con el correr de los días,
con el correr de los años,
los jóvenes, lo son menos,
que otros vienen empujando,
que les mirarán igual,
que a nosotros nos miraron.
C. C. M
Hora a hora, paso a paso
sin apenas enterarnos
se van pasando los días,
se van pasando los años.
Las ilusiones decrecen;
los impulsos son escasos;
todo nos importa menos
y nos vamos dando cuenta
como, a veces, estorbamos,
pero, no damos la queja,
sencillamente, callamos.
Observamos a los jóvenes
que, nos miran como extraños
sin pensar, que nos da igual,
queramos o no queramos,
se van pasando los días,
se van pasando los años
y lo que ahora no les duele,
les dolerá no tardando.
La soledad nos remansa
y nos hace más sensatos,
amamos a todos más,
sin apenas demostrarlo.
Nos va agachando la edad,
con el correr de los años.
Sin poderlo remediar,
la comprensión que esperamos,
tal vez nunca llegará
y sin lágrimas, lloramos.
Si miran unos a otros...
también nosotros miramos,
pero miramos adentro,
con cariño, disculpando,
lo que ahora no comprenden
que nos hiere y hace daño;
mas, reflexionarán tarde...
porque el tiempo no perdona,
porque el tiempo es implacable.
Queramos o no queramos,
se pasan las primaveras,
los otoños, los veranos
y el invierno de la vida,
nos convierte en más humanos.
Con el correr de los días,
con el correr de los años,
los jóvenes, lo son menos,
que otros vienen empujando,
que les mirarán igual,
que a nosotros nos miraron.
C. C. M