CUENCA DE CAMPOS: EL PAJARILLO...

EL PAJARILLO

Yo vi sobre un tomillo

quejarse un pajarillo,

viendo su nido amado,

de quien era caudillo,

de un labrador robado.

Vile tan congojado

por tal atrevimiento,

dar mil quejas al viento

para que al cielo santo

lleve su tierno llanto,

lleve su triste acento.

Ya con triste armonía,

esforzando el intento,

más sonoro volvía;

ya circular volaba;

ya rastrero corría;

ya, pues, de rama en rama

al rústico seguía,

y saltando en la grama

parece que decía:

“Dáme, rústico fiero,

mi dulce compañía.”

Y que le respondía

el rústico: “No quiero.”

E. M. V.