¿MIRAMOS HACÍA OTRO LADO?
Siempre están los que lanzan sus propias culpas al aire por si con un poco suerte alguno se la queda. El caso es salvarse el culo él y que la carga caiga en el vecino.
No obstante no van a ser todo críticas. Los alcaldes y concejales de los pueblos siguen hoy en día siendo los títanes de la administración local. Muchos de ellos siguen poniendo de su bolsillo, la gasolina, el teléfono, mucho de su tiempo y malos ratos que pasan. Van cuando buenamente les dan audiencia, a la capital, para reunirse con los encopetados cargos provinciales intentando sacarles unas miguillas de ayudas económicas para su municipio. Muchos de ellos son vocacionales y tienen en común la virtud de dedicarse desinteresadamente a su pueblo y a sus paisanos.
Nuestros pueblos por desgracia merman muy deprisa y la distancia psicológica con loss de la capital se incrementa a medida que los servicios de calidad crecen en la capital y decrecen en el mundo rural. Pero todos sabemos que no puede haber habitantes si no hay medios de vida y trabajo.
Ni el los Presidentes de las Diputaaciones, ni el de la Comunidad Autónoma entienden nada del mundo rural. El primero se dedica a repartir según su criterio personal un buen pellizco de fondos públicos entre los alcaldes que le son más respetuosos previa cita bajo el brazo. El Segundo, cuando habla se llena la boca con la industrialización de Valladolid, más polígonos, más empresas, suelo industrial por todos los sitios, mucha exportación pero solo para la capital de la región. Un discurso a años luz de los pequeños pueblos que solamente se conformarían con que no se fueran sus propios hijos, aunque no vinieran más habitantes de fuera.
Muchos hasta se abrazan a una pancarta pidiendo que no se cierre tal o cual empresa. El caso es salir en la foto. Y es que los vericuetos de la política y las administraciones son infranqueables para los legos. Es tanto el papeleo, que a veces enrosca de tal manera al ciudadano en un ir y venir, recabando certificados, justificantes, presupuestos, facturas.. etc que termina por cansarse de ir carpeta bajo el brazo de ventanilla en ventanilla que muchas veces lo deja por imposible.
Son tantas las competencias de unos y otros que parece una torre de Babel. Cada papeleo nos lleva de la local, a la provincial, de esta a la autonómica y de esta a la estatal, el caso es que todos escurren el bulto. Y es que nuestra tierra está llena de pillos y picardías.
Los ayuntamientos de minipueblos no tienen ni para pagar al Secretario Municipal y eso que lo tienen compartido con otros pueblos. La asistencia sanitaria cada vez es más escasa, los canales de televisión no tienen señal, los móviles no tiene cobertura y si nos metemos con la banda ancha de internet ni hablar. Los alcaldes cada día hacen más paseos. Van de despacho aen despacho siendo recibidos por una secretaria que hace la criba antes de entrar y ellos ahí entrenando duramente su paciencia. Pero nadie hablamos de ellos. Ellos, la mayoría; no quisiera generalizar; si que no miran a otro lado.
Siempre están los que lanzan sus propias culpas al aire por si con un poco suerte alguno se la queda. El caso es salvarse el culo él y que la carga caiga en el vecino.
No obstante no van a ser todo críticas. Los alcaldes y concejales de los pueblos siguen hoy en día siendo los títanes de la administración local. Muchos de ellos siguen poniendo de su bolsillo, la gasolina, el teléfono, mucho de su tiempo y malos ratos que pasan. Van cuando buenamente les dan audiencia, a la capital, para reunirse con los encopetados cargos provinciales intentando sacarles unas miguillas de ayudas económicas para su municipio. Muchos de ellos son vocacionales y tienen en común la virtud de dedicarse desinteresadamente a su pueblo y a sus paisanos.
Nuestros pueblos por desgracia merman muy deprisa y la distancia psicológica con loss de la capital se incrementa a medida que los servicios de calidad crecen en la capital y decrecen en el mundo rural. Pero todos sabemos que no puede haber habitantes si no hay medios de vida y trabajo.
Ni el los Presidentes de las Diputaaciones, ni el de la Comunidad Autónoma entienden nada del mundo rural. El primero se dedica a repartir según su criterio personal un buen pellizco de fondos públicos entre los alcaldes que le son más respetuosos previa cita bajo el brazo. El Segundo, cuando habla se llena la boca con la industrialización de Valladolid, más polígonos, más empresas, suelo industrial por todos los sitios, mucha exportación pero solo para la capital de la región. Un discurso a años luz de los pequeños pueblos que solamente se conformarían con que no se fueran sus propios hijos, aunque no vinieran más habitantes de fuera.
Muchos hasta se abrazan a una pancarta pidiendo que no se cierre tal o cual empresa. El caso es salir en la foto. Y es que los vericuetos de la política y las administraciones son infranqueables para los legos. Es tanto el papeleo, que a veces enrosca de tal manera al ciudadano en un ir y venir, recabando certificados, justificantes, presupuestos, facturas.. etc que termina por cansarse de ir carpeta bajo el brazo de ventanilla en ventanilla que muchas veces lo deja por imposible.
Son tantas las competencias de unos y otros que parece una torre de Babel. Cada papeleo nos lleva de la local, a la provincial, de esta a la autonómica y de esta a la estatal, el caso es que todos escurren el bulto. Y es que nuestra tierra está llena de pillos y picardías.
Los ayuntamientos de minipueblos no tienen ni para pagar al Secretario Municipal y eso que lo tienen compartido con otros pueblos. La asistencia sanitaria cada vez es más escasa, los canales de televisión no tienen señal, los móviles no tiene cobertura y si nos metemos con la banda ancha de internet ni hablar. Los alcaldes cada día hacen más paseos. Van de despacho aen despacho siendo recibidos por una secretaria que hace la criba antes de entrar y ellos ahí entrenando duramente su paciencia. Pero nadie hablamos de ellos. Ellos, la mayoría; no quisiera generalizar; si que no miran a otro lado.