"A L A M U E R T E"
Ven, muerte, tan escondida
que no te sienta conmigo,
porque el gozo de ir contigo
no me torne a dar la vida.
Ven, como rayo que hiere,
que hasta que ha herido
no se siente su ruido,
por mejor herir do quiere:
así sea tu venida;
si no, desde aquí me obligo
que el gozo que habré contigo
me dará de nuevo vida.
Vos me matais de tal suerte
y con pena tan gloriosa,
que no sé más dulce cosa
que los trances de mi muerte.
Y de ella soy tan ufano,
tan penado y tan contento,
que no trocaré un tormento
por mil bienes de otra mano.
Y pues que quiso mi suerte
darme pena tan gloriosa,
no quiero más dulce cosa
que los trances de mi muerte.
Ven, muerte, tan escondida
que no te sienta conmigo,
porque el gozo de ir contigo
no me torne a dar la vida.
Ven, como rayo que hiere,
que hasta que ha herido
no se siente su ruido,
por mejor herir do quiere:
así sea tu venida;
si no, desde aquí me obligo
que el gozo que habré contigo
me dará de nuevo vida.
Vos me matais de tal suerte
y con pena tan gloriosa,
que no sé más dulce cosa
que los trances de mi muerte.
Y de ella soy tan ufano,
tan penado y tan contento,
que no trocaré un tormento
por mil bienes de otra mano.
Y pues que quiso mi suerte
darme pena tan gloriosa,
no quiero más dulce cosa
que los trances de mi muerte.