La toalla
¡Ay!, exclamó Isabel, ¡ay! ¡qué toalla!
Cuando me enjugo el rostro, me le ralla.
Su aya le dice: -Si la broza quita,
perdona el refregón, Isabelita.
¡Ay!, exclamó Isabel, ¡ay! ¡qué toalla!
Cuando me enjugo el rostro, me le ralla.
Su aya le dice: -Si la broza quita,
perdona el refregón, Isabelita.