Ofertas de luz y gas

GOMEZNARRO: ASI VIVIO SU NIÑEZ...

ASI VIVIO SU NIÑEZ

Señor: Un niño conocí yo
Que en el veintiocho naciera,
Eran familia de nueve,
Octavo hacia en la cuenta.

Sus principios, muy felices,
Como de un niño cualquiera,
Pero esto se le acabo
En cuanto llegó la guerra.

Qué tristeza da el decirlo
Fue imposible ir a la escuela
Carro con dos mulas coge
Al pinar a por ramera.

No importaba que helara,
Ni que nevara o lloviera
Tenían que cocer pan
Que en los pueblos lo vendieran.

En San Vicente y Rubí
En La Zarza y Moraleja
En Ramiro y Gomez-Narro
Y desde este repartieran.

Al pasar estos caminos
Difícil en invierno era
Partir hielos con un pico
Por pasar con su pareja.

“le pregunté yo una vez:
¿Esto no es una tristeza?”
Su respuesta fue tajante:
Niño “Más triste será la guerra.

El saber que dos hermanos
Sin saberlo ellos se enfrentan
Se disparan sin cesar
Hasta que la muerte llega.

Tres hermanos tengo yo,
Día tras día se enfrentan
La quinta del treinta y seis
Del treinta y nueve y cuarenta
El mayor en zona roja
Y los otros en la nuestra
Preocupados padre y madre
Por si en el frente se encuentran.

Por eso en casa pedimos
Después de tomar la cena
A la Virgen Milagrosa
Por que sanos ellos vuelvan”.

Señor: Por buena di la respuesta
Puesto que de este niño era
También me hiciera pensar
Porque llegarán la guerras.

¿Será que por esto un día
Nuestros hijos felices sean?
Por un lado imaginaba:
Los hombres, mucho no piensan,
Si dejan los egoísmos,
Y en sinceridad conversan,
Se calmaran las envidias,
No llegarían las guerras.

Los niños no sufrirían
Podrían ir a la escuela
Sin tener que partir hielos
Al andar por estas tierras.

Yo lo mismo que este niño
También me iba dando cuenta:
Matan hombre en mi pueblo
Hasta sin ir a la guerra.

Yo digo: que estas personas
Que a las otras detuvieran
Y ordenaran darlas murete
¿Dónde tendrá la conciencia?.

Qué tristes estos tres años
¡Madre mía! Qué tristeza
De vivir sobresaltados
Aún con tranquila conciencia.

Volví yo a ver a este niño
Aunque un poco mayor era
Le dije: ¡vaya alegría!
¡ha terminado la guerra!.

El niño muy pensativo
Me dijo de esta manera
Niño: “Que Dios le oiga buen señor,
Que escuche lo bien que piensa.

Yo a la Virgen rezaré
Por que mis hermanos vuelvan
El Alcalde y otros cuantos
Del mal hecho se arrepientan”.

Señor: Al contestar pensativo
A mi, pensar más me hiciera
Por eso seguí observando
En esta triste postguerra.

Seguí viéndole trabajar
Como si ya un hombre fuera
Con un carro y con dos mulas
Llevar la mies a la era

Con su padre y con su hermana
Lleva grano a la panera
Como no puede con más
En costales de fanega.

Al llegar la sementera
Semilla al criado lleva
Él con el arado tapa
Mientras el criado siembra.

Este niño trabajando
Alegría siempre lleva
Si le veo entristecido
Les han hecho otra faena.

El Alcalde y Secretario
Aunque no lo consiguieran
Como querer detenerles
Cuando legal el pan era.

No solo fue a su padre
También con otro hicieran
Quitándoles su maquila
Y que a ración les pusieran.

Después de que todo el año
Trabajaran en sus tierras
Producir algo de trigo
Y sus hijos pan tuvieran.

Yo recordé lo del niño:
“Señor, usted que bien piensa”,
Pero llegue a comprobar
Qué triste fue la postguerra.

Después volví a ver al niño
Que con trece años ya lleva
En sus espaldas un saco
De cien kilos, ¡vaya pena!.

Los bajaba de su carro
Que con sus mulas trajera
De Ataquines o Medina
Las harinas de allí eran.

Cuando le vi me acerqué
Y le dije con gran pena
¿podría el saco aplastarte
Esas cotillas tan tiernas?.

Con mucha fuerza me dijo:
Niño: “Por esto no tenga pena
Hoy lo que más me entristece
Es no asistir a la escuela,
Por tener que trabajar
Mientras mis hermanos llegan
Son cinco años los que llevan
Con la guerra y la postguerra.

Esto también me entristece
Ver la juventud que llevan
Por que dos grupos de hombres
Tan poquito discurrieran”.

Señor: Al cumplir catorce años
A sus hermanos licencian
Al enterarse este niño
Su alegría ya era plena.

Y le dije: “ahora si
Ha terminado le guerra”
Y este mocete me dijo
Niño: “ También para mi la escuela”.

Lo que si deseo al mundo
Es que ya no hay más guerras
Ni disparos entre hermanos
Si, los niños en la escuela.

Hasta los catorce años
Que a trabajar empiezan
No les pase lo que a mí
Por una muy triste guerra.
V. Sobrino.