Dos hermosos pueblos
Gomez-Narro y Cervillego
Eran pueblos muy parejos
Pero en ese parecido
Escogí lo que hoy más quiero.
Por eso escogí a Isabel
De aquel florero tan bello,
Pues eran muchas las rosas
Que adornaban a este pueblo.
Yo me fijé en la más bella,
Así mis ojos la vieron
Y la vieron tan bonita
Que jamás se arrepintieron.
Si su presencia es muy linda
Su corazón es un premio
Que Dios da a aquellas personas
Que saben agradecerlo.
Muchos años han pasado
Y ¡vaya si lo agradezco!
Aunque haya tenido fallos,
Jamás fue intención hacerlos.
Primero, no los merece,
Por eso yo me arrepiento.
Si alguna vez te ofendí,
Perdón con todo el respeto.
Cuando me casé contigo,
Todavía bien recuerdo,
Mi intención fue de quererte
Hasta el último gran sueño.
Y en este tiempo pasado
Tres retoños que vinieron.
Fueron siempre la alegría
Al ver cómo iban creciendo.
Alegría que ha seguido
Por su gran comportamiento.
Hoy los tres son admirados
Por sus trabajos bien hechos.
Con simpatía y cariño
A cuantos lo merecieron
Hoy nos sentimos felices
Por estos tres hijos buenos.
¡Y cómo no recordar
A mis dos preciosos nietos
Que cuando me ven me abrazan
Con cariño muy sincero!
Así que a Dios le doy gracias
Por tener tan buen acierto
Al escoger esta rosa
De aquel hermoso florero.
V. Sobrino.
Gomez-Narro y Cervillego
Eran pueblos muy parejos
Pero en ese parecido
Escogí lo que hoy más quiero.
Por eso escogí a Isabel
De aquel florero tan bello,
Pues eran muchas las rosas
Que adornaban a este pueblo.
Yo me fijé en la más bella,
Así mis ojos la vieron
Y la vieron tan bonita
Que jamás se arrepintieron.
Si su presencia es muy linda
Su corazón es un premio
Que Dios da a aquellas personas
Que saben agradecerlo.
Muchos años han pasado
Y ¡vaya si lo agradezco!
Aunque haya tenido fallos,
Jamás fue intención hacerlos.
Primero, no los merece,
Por eso yo me arrepiento.
Si alguna vez te ofendí,
Perdón con todo el respeto.
Cuando me casé contigo,
Todavía bien recuerdo,
Mi intención fue de quererte
Hasta el último gran sueño.
Y en este tiempo pasado
Tres retoños que vinieron.
Fueron siempre la alegría
Al ver cómo iban creciendo.
Alegría que ha seguido
Por su gran comportamiento.
Hoy los tres son admirados
Por sus trabajos bien hechos.
Con simpatía y cariño
A cuantos lo merecieron
Hoy nos sentimos felices
Por estos tres hijos buenos.
¡Y cómo no recordar
A mis dos preciosos nietos
Que cuando me ven me abrazan
Con cariño muy sincero!
Así que a Dios le doy gracias
Por tener tan buen acierto
Al escoger esta rosa
De aquel hermoso florero.
V. Sobrino.