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¡QUÉ COSAS TIENE LA GENTE!
Poco a poco yo en mi vida
Iba grabado en mi mente
Que desde niño a mayor
¡qué cosas tiene la gente!.
Si oyes hablar al pastor
Su sencillez te enmudece
Viéndole mover sus labios
Ya sabes que no te miente.
Si te dice va a llover
Por manta debes volverte
Has cuenta que es más seguro
Que lo que dice la tele.
La expresión del labrador
Al esparcir la simiente
Seria, firme, bondadosa,
Mirando al omnipotente.
Y esperando de su mano
El tiempo más conveniente
Así veras al patrón
Y también al fiel sirviente.
Si al médico oyes hablar
Casi nada se le entiende
Tomarás lo que te manda
Sin saber si te conviene.
Al Alcalde y secretario
Difícil será entenderles
Sirve a la política
Ni entre ellos mismos se entienden.
Hablarán de democracia
Hasta ver si te convencen
Por sacarte con impuestos
Hasta el sudor de tu frente.
Al sacerdote le oirás
Un sermón de inteligente
Te explicará bien la vida
Que Jesús vivió fielmente.
No te fijes del ejemplo
Que él pueda dar a la gente
Piensa que al fin es humano
Y fallos también los tiene.
Te dará buenos consejos:
Como “has de amar al de enfrente”
Pero jamás tu le pidas
Deber que contigo tiene.
Gracias daremos a Dios
Por que no sea frecuente
Este ejemplo que nos dan
Varios de estos exponentes.
¡qué cosas hay en la vida!
¡qué cosas tiene la gente!.
Podría seguir contando
Cosas que no me convencen
Pero vengo de familia
Católica y muy creyente,
Lo que me enseño mi madre
Gravado tengo en mi mente.
Nunca vi la teoría
Era práctica ferviente,
Visitaba a los enfermos
Daba pan al no pudiente,
Siempre fue mujer correcta
De gran fe como creyente
Para bien seguir a Cristo
Nada hay más conveniente.
La sencillez del pastor
Es para tener presente,
Del labrador su bondad
Al derramar su simiente.
De muy pocos de los otros
Cosas yo podré creerme
Por eso digo en mi vida
¡qué cosas tiene la gente!.
V. Sobrino.
Poco a poco yo en mi vida
Iba grabado en mi mente
Que desde niño a mayor
¡qué cosas tiene la gente!.
Si oyes hablar al pastor
Su sencillez te enmudece
Viéndole mover sus labios
Ya sabes que no te miente.
Si te dice va a llover
Por manta debes volverte
Has cuenta que es más seguro
Que lo que dice la tele.
La expresión del labrador
Al esparcir la simiente
Seria, firme, bondadosa,
Mirando al omnipotente.
Y esperando de su mano
El tiempo más conveniente
Así veras al patrón
Y también al fiel sirviente.
Si al médico oyes hablar
Casi nada se le entiende
Tomarás lo que te manda
Sin saber si te conviene.
Al Alcalde y secretario
Difícil será entenderles
Sirve a la política
Ni entre ellos mismos se entienden.
Hablarán de democracia
Hasta ver si te convencen
Por sacarte con impuestos
Hasta el sudor de tu frente.
Al sacerdote le oirás
Un sermón de inteligente
Te explicará bien la vida
Que Jesús vivió fielmente.
No te fijes del ejemplo
Que él pueda dar a la gente
Piensa que al fin es humano
Y fallos también los tiene.
Te dará buenos consejos:
Como “has de amar al de enfrente”
Pero jamás tu le pidas
Deber que contigo tiene.
Gracias daremos a Dios
Por que no sea frecuente
Este ejemplo que nos dan
Varios de estos exponentes.
¡qué cosas hay en la vida!
¡qué cosas tiene la gente!.
Podría seguir contando
Cosas que no me convencen
Pero vengo de familia
Católica y muy creyente,
Lo que me enseño mi madre
Gravado tengo en mi mente.
Nunca vi la teoría
Era práctica ferviente,
Visitaba a los enfermos
Daba pan al no pudiente,
Siempre fue mujer correcta
De gran fe como creyente
Para bien seguir a Cristo
Nada hay más conveniente.
La sencillez del pastor
Es para tener presente,
Del labrador su bondad
Al derramar su simiente.
De muy pocos de los otros
Cosas yo podré creerme
Por eso digo en mi vida
¡qué cosas tiene la gente!.
V. Sobrino.