PEQUEÑA SEMILLA, GRAN UTILIDAD
Esa pequeña semilla
Que sembramos en la tierra
Nacía y crecía lenta
Hasta la gran primavera.
Entonces se pone triste
Pedía que agua le diera
Contento yo la regaba
Para que fresca creciera.
Ella siempre agradecida
Engordó bajo la tierra
Y al sacarla en el verano
Vimos la cosa más tierna.
También las hay más tardías
Que en las matanzas se emplean
Hasta para hacer morcillas
Que en Castilla nos deleitan
A pesar de su humildad
En todo está la primera;
En sopas de caridad
Y en las mejores paellas.
¡Qué decir de un buen guisado!
O del pisto de la abuela
O también en un asado
En los tres queda perfecta.
Cuando al pescado acompaña
Es también muy agradable.
Asada o también cocida
Al paladar bien complace.
Recuerdo siendo un chaval
Que también iba yo al campo,
Siempre la recordaré
Sobre todo en el verano.
En plena recolección
De ollero tuve que hacer
Y con una de sus capas
Sopas pudimos comer.
Al olvidar las cucharas,
Que en casa debí coger,
Por no volver a por ellas
Imaginación le eché.
El segador sorprendido
Por aquel nuevo modelo
Me dijo: ¡vaya cuchara!
Casi me mojo los dedos.
Con el tocino y el pan
Era completa merienda.
Lo fue siempre en el rastrojo
Y también lo fue en la era.
Por eso siempre en el campo
Cebolla debes tener.
Bien puedes comer garbanzos
O lo que haya menester.
Si en el invierno entallece
Puedes meterla en la tierra
Y en primavera tendrás
Las mejores cebolletas.
Al ser tan útil y rica
Escribo para ella sola
Esta humilde poesía
A favor de la cebolla.
V. Sobrino
Esa pequeña semilla
Que sembramos en la tierra
Nacía y crecía lenta
Hasta la gran primavera.
Entonces se pone triste
Pedía que agua le diera
Contento yo la regaba
Para que fresca creciera.
Ella siempre agradecida
Engordó bajo la tierra
Y al sacarla en el verano
Vimos la cosa más tierna.
También las hay más tardías
Que en las matanzas se emplean
Hasta para hacer morcillas
Que en Castilla nos deleitan
A pesar de su humildad
En todo está la primera;
En sopas de caridad
Y en las mejores paellas.
¡Qué decir de un buen guisado!
O del pisto de la abuela
O también en un asado
En los tres queda perfecta.
Cuando al pescado acompaña
Es también muy agradable.
Asada o también cocida
Al paladar bien complace.
Recuerdo siendo un chaval
Que también iba yo al campo,
Siempre la recordaré
Sobre todo en el verano.
En plena recolección
De ollero tuve que hacer
Y con una de sus capas
Sopas pudimos comer.
Al olvidar las cucharas,
Que en casa debí coger,
Por no volver a por ellas
Imaginación le eché.
El segador sorprendido
Por aquel nuevo modelo
Me dijo: ¡vaya cuchara!
Casi me mojo los dedos.
Con el tocino y el pan
Era completa merienda.
Lo fue siempre en el rastrojo
Y también lo fue en la era.
Por eso siempre en el campo
Cebolla debes tener.
Bien puedes comer garbanzos
O lo que haya menester.
Si en el invierno entallece
Puedes meterla en la tierra
Y en primavera tendrás
Las mejores cebolletas.
Al ser tan útil y rica
Escribo para ella sola
Esta humilde poesía
A favor de la cebolla.
V. Sobrino