LA CALLE DEL POZO BUENO
Siento las brisas del viento
de mis pasos juveniles,
y sé que mi pensamiento
vive cosas infantiles.
La calle del Pozo Bueno
era senda de vecinos,
donde se escuchaba el trueno
y se borraban sus signos.
Quisieron cambiar su nombre,
lo mismo que su apellido,
más el Pozo sin ser hombre
nadie le quito su brillo.
Un pozo tuvo la calle
con fama de ser tan bueno,
que se guardo aquel detalle
al ver que nunca dio cieno.
Panaderos amasando
con las aguas de aquel pozo,
fueron siempre comprobando
lo bueno sano y gozoso.
Pozo Bueno de testigo
en la esquina de la calle,
nadie le noto castigo
ni puso en duda su talle.
La calle tuvo vecinos
que dejaron sus recuerdos,
entre momentos divinos
quisieron sentirse cuerdos.
Calle de trabajadores
en la Villa lasecana,
con muchos de los rumores
de la tierra castellana.
Calle llena de emigrantes
entre sueños de progreso,
conociendo horas brillantes
al comprobar su regreso.
G X Cantalapiedra.
Siento las brisas del viento
de mis pasos juveniles,
y sé que mi pensamiento
vive cosas infantiles.
La calle del Pozo Bueno
era senda de vecinos,
donde se escuchaba el trueno
y se borraban sus signos.
Quisieron cambiar su nombre,
lo mismo que su apellido,
más el Pozo sin ser hombre
nadie le quito su brillo.
Un pozo tuvo la calle
con fama de ser tan bueno,
que se guardo aquel detalle
al ver que nunca dio cieno.
Panaderos amasando
con las aguas de aquel pozo,
fueron siempre comprobando
lo bueno sano y gozoso.
Pozo Bueno de testigo
en la esquina de la calle,
nadie le noto castigo
ni puso en duda su talle.
La calle tuvo vecinos
que dejaron sus recuerdos,
entre momentos divinos
quisieron sentirse cuerdos.
Calle de trabajadores
en la Villa lasecana,
con muchos de los rumores
de la tierra castellana.
Calle llena de emigrantes
entre sueños de progreso,
conociendo horas brillantes
al comprobar su regreso.
G X Cantalapiedra.